Vaca Muerta, un pedazo de piedra a 3.000 metros de profundidad, ganó una inusitada fama en los últimos años. El mercado editorial se hizo eco de la nueva estrella y generó, en el último año, al menos siete libros sobre temas petroleros, un mundo hasta aquí reservado para especialistas que empezó llegar al gran público.
El que picó en punta fue “Yeil”, una publicación del expresidente de GyP, Rubén Etcheverry junto al periodista Miguel Toledo, que vio la luz en el 2012. Etcheverry solía regalarlo a quienes lo visitaban en su vieja oficina de la calle Carlos H. Rodríguez. Hoy es una biografía de consulta obligatoria difícil de conseguir. El libro, de carácter técnico, fue el primero de difusión masiva en explicar qué era lo no convencional, inclusive antes de que estallara el boom posvuelta de YPF al Estado.
Otro que probó suerte fue el exdiputado neuquino Daniel Baum, que publicó “¿Vaca Muerta o Vaca Viva?”, donde polemiza sobre las políticas energéticas de los últimos años con una mirada crítica. Lo más rico del libro es su propia experiencia como legislador nacional durante el tratamiento de la privatización de YPF en los 90.
En el 2015 llegó el turno del boom porteño. Dos grandes editoriales, Planeta y Sudamericana, publicaron sendos libros de carácter político que intentan llevar al gran público las vicisitudes en torno a Vaca Muerta. El primero en salir fue “Vaca Muerta” de Alejandro Berkovich y Alejandro Rebossio, una extensa crónica que desanda todo lo que rodea a la explotación no convencional, desde Estados Unidos hasta la región.
El segundo fue “Argentina Saudita” de Alejandro Bianchi, que con un tono similar se detiene algo más en la “rosca política” y los negociados nacionales detrás del mundo petrolero.
La gran demanda social sobre temas ambientales tuvo su respuesta. Varios autores, entre ellos Maristella Svampa y Enrique Viale, publicaron “20 mitos y realidades sobre el fracking”, que además puede leerse gratis en internet. En la misma línea se presentó esta semana “Alto Valle Perforado”, una serie de crónicas escritas por el periodista Martín Álvarez que muestran la cara negativa del impacto petrolero.
Otro que incursionó en ese boom literario-petrolero fue el diputado emepenista Luis Sapag, que sumó así un libro más a su haber. En este caso se trata de “Entender Vaca Muerta”, de editorial Prometeo. Según su autor, se propone como una suerte de manual apto para todo público para entender el desarrollo no convencional y sus impactos.
La entrada “Vaca Muerta” en Google arroja unas 800.000 entradas. Un fruto de la demanda de información sobre este tema, que el mercado editorial intenta saciar.