Por Leonardo Salgado /
Grupo de reflexión y autoformación sobre transición energética justa y ecológica
Actualmente, se debaten en Argentina los términos en que debería plantearse una nueva ley del hidrógeno. Previo a la sanción de un marco regulatorio, sin embargo, nuestro país debería contar con una Estrategia Nacional del Hidrógeno y con una Hoja de Ruta del Hidrógeno que vincule la estrategia con la ejecución mediante un plan de acciones concretas. Esta hoja de ruta, alineada con los objetivos climáticos asumidos por el país ante la comunidad internacional, debería designar los instrumentos económicos para el fomento del hidrógeno y establecer las líneas generales del marco regulatorio.
Esa estrategia y esa hoja de ruta deberían tener como marco, a su vez, un Plan de Transición Ecosocial que parta del reconocimiento de la profundidad de la crisis ecológica y energética que enfrentamos, que asuma los límites biofísicos del planeta, y que acepte los valores propios de la Naturaleza. Un Plan democráticamente diseñado y acordado que suponga un modelo productivo distinto al actual, que tienda a la soberanía alimentaria y energética respetando plenamente los derechos humanos y sociales. Argentina no posee una estrategia ni una hoja de ruta, solo las provincias de Río Negro y Tierra del Fuego cuentan con su plan estratégico. Hay proyectos de ley en danza y empresas como Fortescue, que anunciaron millonarias inversiones en el sector, en los últimos días incrementaron la presión para obtener su marco regulatorio.
El boom de la producción de hidrógeno es un fenómeno de alcance regional, pero no todos están en la misma situación que Argentina. Chile tiene una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y Uruguay, Paraguay y Colombia cuentan con hojas de ruta. En esta nota analizamos qué orientación dan a la producción de hidrógeno, al menos, en sus documentos.
Uruguay, Paraguay y Chile optaron por el hidrógeno verde. Colombia, en cambio, apuesta por hidrógeno «limpio» y «bajo en emisiones» – verde y azul respectivamente –. Las autoridades argentinas, por su parte, han revelado en distintos documentos más o menos oficiales su pretensión de producir el hidrógeno verde, el azul y el rosa. (1)
Los países de la región, con la posible excepción de Paraguay, ven en el hidrógeno un producto de exportación al Norte Global. En todo caso, ven necesario el mercado interno sólo en una primera fase, para desarrollar experiencias piloto hasta completar la curva de aprendizaje y alcanzar la escala requerida para la exportación. Es lógico; en nuestros países, sobre todo en los últimos años, son las corporaciones las que alientan la producción del hidrógeno: empresas transnacionales patrocinadas por las embajadas de los países del Norte Global, de forma más o menos visible, y el sector financiero. El hidrógeno puede ser un buen negocio para esas corporaciones, pero solo si se lo vende al Norte Global, sobre todo a la Unión Europea o a Asia, los potenciales grandes consumidores, que son, en última instancia, los que podrán pagarlo bien. En todo caso, aquí, en los países del Sur Global, las corporaciones buscarán producirlo barato.
Chile. La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde en ese país plantea una fase inicial (2021-2025) de reemplazo del amoníaco importado por amoníaco verde local y del hidrógeno gris utilizado en las refinerías por hidrógeno verde, consumo domiciliario y uso en transporte de larga distancia. Una segunda fase (2025-2030) plantea una ampliación hacia otros usos, por ejemplo, la fabricación de explosivos para minería, y el inicio de la exportación. Y una tercera fase, con posterioridad al 2030, que marca el inicio de la exportación a gran escala. La hoja de ruta chilena prevé que, para 2035, el total de lo exportado duplicará en cantidad lo consumido localmente. (2)
Más allá de lo consignado en la Estrategia Nacional – que fue ideada, impuesta y aprobada en tiempos de pandemia, sin la posibilidad de un amplio debate ciudadano –, distintos activistas socioambientales, como Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, han denunciado el carácter netamente exportador de los proyectos de hidrógeno verde a implementarse en este país. (3)
Uruguay. La hoja de ruta uruguaya es similar a la chilena, aunque plantea una producción más o menos simultánea para los mercados interno y externo. Para el 2030 propone una sustitución del 20 % de la urea actualmente importada por urea verde de producción local, y la exportación de hidrógeno y derivados por un total de 95 millones de dólares. Para 2040, la hoja prevé sustituir urea importada en un 80 % y exportar hidrógeno y derivados por un valor de 1.400 millones de dólares. El «salto exportador» es a partir de 2030, fase 3 de la hoja de ruta, y contempla para las próximas décadas un creciente consumo de hidrógeno en el sector del transporte.
Un comentario acerca de la hoja de ruta uruguaya que ilustra bien el espíritu de negocios corporativos con el que los países de la región abordan el desarrollo del hidrógeno verde. En el capítulo 8, «identificación de riesgos para el desarrollo del sector», señala como riesgos políticos/sociales la «baja aceptación de infraestructura logística en zona este» y la «baja aceptación de proximidad de H2 y NH3 en áreas urbanas». En realidad, ambos riesgos remiten a uno solo: el riesgo de que no haya licencia social para los proyectos. Como acciones de mitigación, la hoja propone: «Crear conciencia nacional y branding alrededor del potencial de la industria del hidrógeno verde. Ejecutar proceso de participación temprana». En buen criollo rioplatense: hacer propaganda desde temprano.
Por momentos, más que un documento gubernamental, la hoja de ruta uruguaya parece un documento interno de una empresa. Hay que decir, y esto explica mucho, que esta hoja de ruta se basó en un estudio solicitado a la consultora internacional McKinsey & Company. Según Lucile Daumas, de las redes ATTAC y CADTM, esa consultora es “conocida por trabajar para las principales transnacionales y asesorar a unos 50 gobiernos en la implementación de políticas elaboradas por instituciones financieras internacionales como el FMI y el Banco Mundial”. (4) McKinsey & Company también jugó un rol fundamental en la elaboración de la Estrategia Nacional de Chile, (5) y posiblemente lo juegue también en la de Argentina, habida cuenta de la participación de la consultora en foros patrocinados desde el gobierno nacional. (6)
Paraguay. Paraguay posee una matriz eléctrica casi 100 % renovable y es excedentario en cuanto a la generación de hidroelectricidad – su excedente es casi de un 71 %, que exporta a los países socios de emprendimientos binacionales – (7). Su hoja de ruta del hidrógeno verde apunta en especial al consumo interno, particularmente al sector del transporte, sobre todo al de carga fluvial. Cabe destacar que el país posee la tercera flota de barcazas del mundo en orden de importancia. A diferencia de otros países de la región, Paraguay no sueña con exportar su hidrógeno al mundo. Sin dar mayores precisiones, su hoja de ruta contempla la posibilidad de abastecer de hidrógeno a otros países de Latinoamérica y el Caribe, y, particularmente a Brasil, de productos derivados del hidrógeno.
Colombia. Al igual que Argentina, y a diferencia de Chile, Uruguay y Paraguay, Colombia es productor (mejor dicho extractor) de combustibles fósiles. De hecho, es uno de los mayores exportadores de carbón a nivel mundial, y además posee importantes reservas de gas natural. Por lo tanto, es lógico que apueste a la producción de hidrógeno «bajo en emisiones», azul a partir del carbón y, por supuesto, verde. Primero piensa producir hidrógeno azul procurando la descarbonización temprana de la industria existente, por ejemplo, minería e industria del gas; esto hasta tanto madure el hidrógeno verde y se vuelva competitivo, lo que ocurriría recién en 2030; superando al azul recién hacia 2040. El despliegue inicial del hidrógeno verde, los primeros proyectos piloto, se efectuarán con energía eléctrica tomada directamente de la red (la matriz eléctrica de Colombia es casi un 70% renovable) (8). Hacia 2030, Colombia espera reemplazar por hidrógeno de bajas emisiones 120 000 de las 150 000 toneladas que se consume actualmente, mayormente refinación de combustibles y producción de fertilizantes. Y prevé, entre 2040 y 2050, la consolidación de nuevos usos: transporte pesado y energía. Además, para 2030, proyecta compensar la reducción paulatina de las exportaciones energéticas basadas en fósiles con la exportación de hidrógeno, lo que en la hoja de ruta se indica como fase de aplicación disruptiva.
Como dijimos al comienzo, Argentina no posee una estrategia ni una hoja de ruta; sin embargo, dos provincias cuentan con su plan estratégico: Río Negro y Tierra del Fuego.
Río Negro. El «Plan Estratégico Hidrógeno Verde Río Negro» fue elaborado en 2021, sobre la base de un Estudio de Pre-factibilidad que el Instituto Fraunhofer de Alemania realizó por encargo de las autoridades de la provincia. De hecho, el estudio alemán está incorporado al plan provincial como su capítulo 2. Este estudio posee semejanzas con la estrategia chilena, en el sentido de plantear una etapa inicial de producción para el mercado local, a partir de 2024, y una etapa exportadora recién a partir de 2030. En cambio, el proyecto de la multinacional australiana Fortescue Future Industries es netamente exportador desde un comienzo, no plantea en absoluto una fase de producción para el mercado interno (9), y en 2022 fue incluido en la actualización del Plan Estratégico, en su capítulo 8, aunque, poco tiene que ver con el estudio de Fraunhofer.
Tierra del Fuego. La provincia encargó a la consultora Fractal Arg S.R.L. un «Estudio integral para la determinación de la viabilidad del desarrollo de proyectos de inversión para la producción y comercialización de Hidrógeno “azul” y “verde”, y de proyectos derivados, en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur». Este estudio contiene una «Hoja de Ruta para el desarrollo de un plan estratégico de proyectos de hidrógeno y sus derivados en la provincia de Tierra del Fuego A.I.A.S.», y en octubre de 2022 fue presentado por las autoridades provinciales como su «Plan Estratégico Provincial para el Desarrollo del Hidrógeno Verde, Azul y Proyectos Derivados».
El plan estratégico fueguino no traza una secuencia o cronograma para destinar la producción de hidrógeno. No propone, por caso, apuntar primero al mercado interno y luego al externo, o a la inversa, el estudio se enfoca más en establecer las localizaciones de la infraestructura, a brindar un detallado estudio de costos de producción y a proponer una variedad de beneficios económicos para los proyectos. En todo caso, deja pendiente ese punto en función de cómo se vaya dando la demanda de hidrógeno y sus derivados a nivel local y global. La orientación es claramente exportadora en el caso de la producción de algunos de sus derivados, sobre todo el amoníaco verde, tal como figura en el modelo de negocios propuesto por la consultora. Por último, el estudio de Fractal Arg S.R.L. contempla la producción de hidrógeno verde a partir de agua dulce obtenida de plantas de desalinización.
Más allá del Plan Estratégico y del estudio de Fractal Arg S.R.L., la firma estadounidense MMEX Resources Corporation anunció una inversión de 500 millones de dólares en un proyecto que contempla la producción de hidrógeno verde a partir de energía eólica y su transporte en forma de amoníaco. En boca del propio gobernador fueguino Gustavo Melella, el objetivo final de este proyecto es exportar a Europa y Asia.
Las estrategias nacionales de hidrógeno trazan el marco de lo que un país quiere hacer con el hidrógeno: producirlo, usarlo, venderlo, en qué medida y de qué forma, para qué usos, etc. Esas estrategias deberían ser construidas desde abajo, y teniendo siempre en cuenta los intereses nacionales, no solamente los corporativos, sin excluir a nadie, menos que a nadie, a la población que se vería afectada por la instalación de la infraestructura que la producción de hidrógeno requiere, como los pueblos originarios y comunidades rurales que habitan la meseta patagónica.
Notas al pie
1.- Franco, L. “Alcances del proyecto de promoción del hidrógeno de bajas emisiones”, en Ámbito, 17 de febrero de 2023.
2.- María Paz Aedo, Hidrógeno verde y nuevos extractivismos, en Soberanía Alimentaria, 6 de febrero de 2023.
3.- Osciel Moya, Lucio Cuenca: “La producción de hidrógeno verde no es para el recambio de la matriz energética, sino para la exportación”, en Diario U Chile, 1 de octubre de 2022.
4.- Lucile Daumas, Añelo, ¿ciudad emergente y sostenible?, en Observatorio Petrolero Sur, 21 de agosto de 2015.
5.- Osciel Moya, Lucio Cuenca: “La producción de hidrógeno verde no es para el recambio de la matriz energética, sino para la exportación”, en Diario U Chile, 1 de octubre de 2022.
6.- Ver, por ejemplo, la participación de la consultora en el Encuentro Nacional Hidrógeno 2030 realizado en Bariloche en mayo de 2022. Recordemos que esta misma consultora es la que participó en las propuestas de urbanización de ciudades petroleras de Añelo y Las Heras impulsadas por YPF.
7.- Paraguay, a pesar de ser uno de los mayores productores y exportadores de energía hidroeléctrica de la región, la electricidad solo representa el 17% del consumo total de energía final en el país. Más información en “Investigadores paraguayos publican artículo científico sobre pobreza energética en América del Sur”.
8.- Acolgen, Capacidad instalada en Colombia.
9.- De este proyecto se conocen solo sus trazos más gruesos, a partir de la sanción de la ley provincial N° 5560.
Bibliografía
Aldana Rivera, S.E. y León Peñuela, F.A. 2022. Hidrógeno en Colombia: si se hace mal, podría ser peor. Reflexiones sobre su apuesta. Fundación Heinrich Böll, Oficina Bogotá-Colombia, 124 pp.
Fractal Arg S.R.L. 2021. Estudio integral para la determinación de la viabilidad del desarrollo de proyectos de inversión para la producción y comercialización de Hidrógeno “azul” y “verde”, y de proyectos derivados, en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, 260 pp.
Gobierno de la provincia de Río Negro (Argentina). 2021 (actualizado en 2022). Plan Estratégico Hidrógeno Verde Río Negro, 75pp.
McKinsey & Company. 2021. Insumos para la Hoja de Ruta de Hidrógeno Verde del Uruguay. Montevideo: Banco Interamericano de Desarrollo.
Ministerio de Energía, Gobierno de Chile. 2020. Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, 30pp.
Ministerio de Industria, Energía y Minería. 2022. H2U. Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde en Uruguay, 52 pp.
Ministerio de Minas y Energía, Gobierno de Colombia. 2021. Hoja de Ruta del Hidrógeno en Colombia. 53pp.
Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones. Viceministerio de minas y energía. 2021. Hacia la Ruta del Hidrógeno Verde en Paraguay.
Salgado, L. y Scandizzo, H. 2021. ¿Humo Verde? Notas y comentarios sobre la promoción del hidrógeno como vector energético (y los negocios en tiempos de transición). Observatorio Petrolero Sur, 30 pp.
Scandizzo, H. y Salgado, L. “El hidrógeno en la senda del neocolonialismo verde”, en Contrahegemoniaweb, 13 de octubre de 2022.