“¿Hacia dónde debe ir el dinero del petróleo?”, preguntó Rousseff, y seguidamente respondió: “la riqueza tiene que ir para la educación, para que quien quiera ir a la universidad pueda ir a la universidad”.
La presidenta lo afirmó en un discurso pronunciado en la localidad de Sao Juliao, en el interior del estado nordestino de Piauí, uno de los más pobres del país, afectado por la peor sequía de las últimas cuatro décadas, frente a las reclamos de los estados productores de hidrocarburos -Rio de Janeiro, San Pablo y Espíritu Santo-, que quieren concentrar esos “royalties” O cánones.
“La educación es vital y el gobierno seguirá destinando fondos a programas como el de la alfabetización en la edad apropiada y trabajará para valorizar a la profesora alfabetizadora”, insistió la presidenta, ante el aplauso del público de Piauí.
En diciembre, Rousseff promulgó la ley de los “royalties” cobrados por la extracción de petróleo, que en 2011 rondó los 6.000 millones de dólares, en la que se establece que el grueso de estos recursos serán destinados a un fondo para la educación.
Para lograr esas metas, Rousseff apuesta a la participación de empresas privadas en la licitación de distintos bloques, mientras accionistas de la petrolera Petrobras demandan un aumento de los combustibles, cuyo precio consideran desfasado del valor internacional, a la que se opone el ministro de Hacienda, Guido Mantega, para no aumentar la inflación.
En tanto, la directora general de la ANP, Magda Chambriard, estimó, citada por la agencia noticiosa ANSA, que los recursos petroleros pueden crecer un 100 por ciento hasta 2023 y explicó que “nuestras perspectivas son maravillosas, Brasil tiene 8.000 kilómetros de costa en la cual hay indicios de petróleo y gas de norte a sur”.
Chambriard confía en que dentro de 10 años Brasil exportará 1,5 millones de petróleo diarios, cifra muy superior a la actual.
Brasil se convirtió en una potencia energética ya que en los últimos cinco años fueron descubiertas reservas del orden de los 50.000 millones barriles en yacimientos ubicados en aguas ultraprofundas, una zona geológica conocida como “pre sal”, localizados próximos a las costas de los estados de Rio de Janeiro y San Pablo, en el sureste del país.
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