Dijo que no subirían el precio del gas, no se pagaría a Repsol, ni se darían áreas en concesión. Pasó lo contrario.
Por Martín Bidegaray
Cuando Axel Kicillof, viceministro de Economía, fue al Congreso a defender la expropiación de YPF, planteó que no se le iba a pagar a la española Repsol, no se incrementaría el precio del gas a valores internacionales y estaba en desacuerdo con que YPF haga subconcesiones en Vaca Muerta. Sin embargo, en los últimos tres meses, pasó lo contrario a lo que él prometió.
Miguel Galuccio, presidente de YPF, logró establecer una línea casi directa con la Presidenta, a través de una asesora a la cual Cristina presta atención. Así, fue logrando luz verde para distintos proyectos: mayor precio para el gas, menores retenciones al petróleo y una negociación con Repsol. Todas ideas a las que Kicillof se oponía.
La reciente oferta del Gobierno a Repsol está en las antípodas de expresiones públicas de Kicillof. “ No les vamos a pagar lo que ellos dicen, como quiere el señor (Antonio) Brufau, 10.000 millones de dólares. ¿Eso dónde está? ¿En la especulación que mandaron a hacer algunos días que pensaban que iban a vender las acciones?”, vociferó el viceministro de Economía frente al Congreso.
Sin embargo, desde YPF hicieron circular, durante el fin de semana pasado, un supuesto entendimiento con Repsol. Ese documento no era oficial, pero lo vieron analistas y representantes diplomáticos. Llegó a una decena de personas con el consentimiento de Galuccio. Allí se hablaba de un reconocimiento de US$ 6.000 millones a Repsol.
Kicillof dijo que a Repsol se le pagaría lo que dictaminara el Tribunal de Tasación. Aunque esa valuación aún no está, Galuccio trabajó cerca del cuerpo diplomático para acercar una propuesta “informal” a representantes ibéricos. El acercamiento fue aprobado por la Presidenta.
En el acuerdo entre partes, se habló de una empresa conjunta entre argentinos y españoles, algo imposible en las formulaciones de Kicillof. “¿Qué quiere hacer ahora, subconcesionar las áreas a otra compañía privada?”, dijo el viceministro de Economía que le espetó al titular de Repsol hace un año. “Brufau dijo que hasta la puede operar otro. ¿Ni siquiera YPF va a proporcionar la operación?”, se quejó Kicillof de la empresa con la que ahora YPF está buscando asociarse para una explotación conjunta en Neuquén y Mendoza.
Aunque Repsol niega la existencia de una oferta, considera “favorable” que haya “reconocimiento del Gobierno argentino de su deber de dar una justa satisfacción económica por la expropiación”. “Y sin que quepa atribuir ese carácter a los meros contactos que hayan podido tener lugar, oficiosos, exploratorios o a algún otro a nivel diplomático”.
Clarín informó de los mismos el 23 de febrero.
En el sector energético son varios los que creen que la Presidenta ya no le hace caso a Kicillof en cuestiones de energía. Prefiere las recomendaciones de Galuccio.
“Dame el gas a 9 dólares y yo te saco el gas”, expresó el economista que le escuchó decir a Brufau cuando le preguntó por una mayor inversión en ese segmento, hace un año. A fines de noviembre, el Gobierno triplicó el valor del gas “nuevo” que se le paga a los productores. Pasó de US$ 2,50 por millón de BTU a US$ 7,50. El nuevo importe quedó mucho más cerca del que pedía Brufau.
Clarin