Con el fin de obtener un panorama del sector productivo nacional de energía eólica, el INTI realizó una encuesta federal. La creciente demanda de los usuarios y la posibilidad de exportar a otros países de la región aparecen como las principales oportunidades, mientras que la falta de legislación y la competencia extranjera representan algunas de las problemáticas que los proveedores manifestaron sortear a diario.
De acuerdo a los resultados del informe, realizado por los expertos neuquinos Ángel Casabona, Luciano Coppis, Juan Pablo Duzdevich y Guillermo Martín, se detectaron 16 productores ubicados en las provincias de Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, Mendoza, San Luis, Entre Ríos y Chubut. Los últimos datos indican que el sector empleaba 67 personas a finales de 2010, con una facturación anual de 6,4 millones de pesos.
Los pequeños aerogeneradores en funcionamiento representaban, hacia finales del 2010, una potencia total de 5 MW, lo que se traduce en cerca del 10% de la potencia instalada en parques eólicos de alta potencia en ese momento en todo el territorio nacional. Al listado inicial, se sumaron dos fabricantes ubicados en las ciudades de Buenos Aires y Santa Fe. Además, existen emprendimientos emergentes en las provincias de Neuquén, Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Cruz.
Los proveedores locales ofrecen un total de 48 modelos diferentes de aerogeneradores con un rango de potencia que varía entre 150 W y 10 kW. En paralelo, hay otros diez modelos en fase de desarrollo.
Fortalecimiento, oportunidades, debilidades y amenazas
En los últimos años, las energías limpias comenzaron a formar parte de los planes estratégicos de la Argentina, Estados Unidos, Alemania, España, Uruguay, Chile y Brasil, países que ven en las fuentes renovables una alternativa económica y sostenible para complementar el uso de las energías tradicionales.
En el caso de la Argentina, el INTI -a través de su Centro en la provincia de Neuquén- es el organismo público que asiste técnicamente a fabricantes de aerogeneradores de baja potencia para mejorar los productos locales e impulsar su competitividad a nivel nacional e internacional.
Al momento de destacar las fortalezas del sector, los fabricantes señalaron la capacidad técnica de sus empresas, es decir, las ventajas referidas al diseño y desarrollo de los productos, en aspectos como ingeniería, capacidad de fabricación y experiencia de la empresa. La estructura competitiva de costos es también considerada como una ventaja estratégica respecto de los productos importados.
Entre las oportunidades divisadas por los propios proveedores, se mencionó la creciente demanda de los sistemas de generación con fuentes renovables, vinculada posiblemente con la conciencia ecológica de los usuarios. Los incentivos estatales orientados a fortalecer la actividad -programas o líneas de financiamiento- fueron mencionados como herramientas que impulsan la producción.
Todos los fabricantes consideraron que el mercado local está en aumento, y en paralelo, la mayoría de los encuestados ve en la exportación a países limítrofes una posibilidad de crecimiento. En este sentido, los productos nacionales se presentan como una alternativa importante frente a los importados debido a que éstos últimos, en especial los aerogeneradores de origen chino, evidencian una baja calidad.
Por otro lado, las principales debilidades que afronta el sector están en sus estructuras de comercialización, puntualmente en la promoción, venta y distribución de sus productos. Otro de los puntos complicados implica la radicación en zonas “no ventosas”, la falta de revendedores y el campo como único cliente.
En esta última línea, la carencia de estructura, en especial en lo referido a recursos humanos de dedicación exclusiva para el desarrollo de la empresa, también surgió como un aspecto a mejorar.
Otro de los elementos considerados como debilidades apunta a la producción a baja escala, casi de carácter artesanal, la que genera tiempos inciertos de entrega, lotes máximos acotados y alta dispersión en los estándares de producción obtenidos. Además, esto conlleva el incremento de costos unitarios y de un control de costos insuficiente.
Entre las principales amenazas que manifestaron los fabricantes, se encuentran los equipos importados de bajo costo, en su mayoría de origen chino. En todos los casos se considera como una amenaza sólo este punto, dando por sentada la calidad inferior exhibida por estos productos.
Asimismo la falta de normativa que posibilite la conexión de sistemas de generación eólicos a las redes eléctricas existentes representa para los encuestados un riesgo importante. Su modificación significaría un crecimiento notable en la implementación de la energía eólica en el uso doméstico, a través de medidores de energía duales.
Cooperación pública-privada
El acompañamiento del INTI a los productores locales se remonta a 2010. Durante estos tres años, los técnicos asesoraron sobre diferentes aspectos a mejorar con el fin de incrementar su competitividad e impulsar la industria de pequeños aerogeneradores, la que cuenta con todas las capacidades técnicas, humanas y económicas.
Entre las principales acciones impulsadas desde el INTI se destaca la creación del Laboratorio de Ensayos de Aerogeneradores de baja potencia en la ciudad neuquina de Cutral Có, cuya función es estandarizar las condiciones de calidad de los equipos, contribuyendo a reforzar el concepto de confiabilidad entre los usuarios. La asistencia del INTI consiste en evaluar los equipos, sin costo alguno para el fabricante, con el único requisito de que hayan sido fabricados en la Argentina. A partir de los ensayos, los técnicos elaboran un informe de desempeño a fin de encontrar oportunidades de mejoras.
En esta misma línea, los especialistas del Instituto apuntan a la implementación de proyectos demostrativos, es decir, llevar a la práctica casos concretos de instalaciones de aerogeneradores conectados para resolver problemas de abastecimiento energético.
“El objetivo es medir el desempeño del equipo y demostrar el uso que pueda hacerse de estos sistemas. Estamos trabajando en proyectos de instalaciones demostrativas con aerogeneradores de baja potencia, entre los que se encuentra un sistema eólico para el abastecimiento de un barrio de Cutral Co utilizando equipos de fabricación nacional”, explica Andrés Zappa, uno de los técnicos involucrados en el proyecto del INTI.
Por último, los expertos neuquinos, junto con el Centro INTI-Diseño Industrial, están elaborando una guía de Buenas Prácticas, que contiene recomendaciones para la instalación de aerogeneradores en los distintos ámbitos. La publicación estará disponible este año.
El INTI tuvo la primera iniciativa de nuclear a todos los fabricantes en un programa conjunto, tomando como punto de partida la necesidad de proveer de energía a regiones aisladas de la red eléctrica y de diversificar las fuentes energéticas en zonas urbanas y periurbanas. En función de los lineamientos del Plan Estratégico del Instituto, el incremento de la demanda de generadores eólicos de baja potencia estimulará el desarrollo de redes productivas más descentralizadas, con su consecuente impacto sobre el crecimiento industrial y el reparto más equitativo de la riqueza.
Metas propuestas Las energías renovables ganan espacios en todo el mundo. Diversos países, entre los que se encuentra la Argentina, se han propuesto los siguientes objetivos de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, a mediano y largo plazo. Argentina (2016): 8%. EE.UU. (2030): 20 % España (2020): 20% Unión Europea (2020): 20% Uruguay (2015): 15% (300 MW Eólicos). Brasil (2020): 10%. Chile (2024): 10% |