El documental Alerta Amazónica incide en la pisada cultural del Gas de Camisea
El río Urubamba descarga sus aguas de los nevados del Cuzco a los remansos del río Ucayali, en la población amazónica de Atalaya. Abrigadas en sus meandros, decenas de comunidades nativas tienen su cordón umbilical unido al río. El río es camino y despensa a la vez: de él se alimentan y se comunican con las comunidades y pueblos vecinos para comerciar e intercambiar productos. Un crisol de culturas amazónicas se reparten el río y sus arroyos tributarios. Alrededor del fiero Pongo de Mainique, cuya navegabilidad es reservada para los más diestros motoristas de las “lanchas pongueras”, las comunidades machiguengas se reparten la selva hasta bien entrado Sepahua. En la orilla derecha, abrigados por la impenetrable selva – hoy protegida bajo la forma de Reserva Territorial Naha Kugakapori Nanti- todavía sobreviven culturas que resisten a la asimilación de occidente. Son grupos de las culturas Nahua, Nanti y Machiguenga que voluntariamente rehúsan el contacto. A partir de Sepahua, una pequeña babilonia con presencia de 7 etnias, las comunidades se intercalan entre las culturas yine yami, ashaninka, machiguenga, kakinte y amahuaca.
Pero el río, y también el extenso territorio descrito, se ve hoy modificado por la penetrante presencia de las corporaciones petroleras que explotan el gas de Camisea. Son 4 lotes petroleros con más de un millón de hectáreas de continuidad concesionada. Una pisada industrial sin precedentes que interviene el espacio y la vida de los pueblos del Bajo Urubamba. La perforación de pozos, el tendido de gasoductos, la apertura de sendas, el sobrevuelo de aviones y helicópteros, la invasión poblacional de trabajadores son algunos de los impactos visibles. Lo que no se ve, peor aún, son los impactos persistentes acumulados en forma de metales pesados disueltos en los ríos y los suelos. Impactos que deterioran y degradan irreversiblemente la calidad de vida de sus habitantes. En un círculo vicioso que se retroalimenta, con el descenso de la pesca y la caza afectadas por esta invasión territorial, los comunarios buscan se entregan a los precarios trabajos que ofrecen las corporaciones. Y las comunidades aceptan las dádivas de la petrolera que se acaba sustituyendo al Estado en sus atribuciones. Algo que se agrava para los pueblos en aislamiento voluntario, cuyo territorio se ve aceleradamente intervenido por los planes en marcha de Pluspetrol para perforar 17 nuevos pozos en el interior de la Reserva Territorial. Sin testigos.
Corporaciones versus comunidades. Reflexionar sobre el choque cultural de las dos orillas del proceso de industrialización gasífera que describe el Urubamba, fue el motivo que empujó a rodar el documental “Alerta Amazónica, pueblos acorralados por el gas”. En él se describe los anhelos del pueblo machiguenga por defender el Santuario Megantoni del tendido de gasoductos. Se transita por comunidades atrapadas en los lotes 88, 57 y 56, donde empresas como Repsol o Pluspetrol pasean como Pedro por su casa. También se cuestiona el desembarco asistencialista que estas corporaciones aplican a las comunidades, con una política de Relacionamiento Comunitario con tintes racistas, algo que el documental sabe desenmascarar a través de imágenes inéditas donde personeros de la compañía, se expresan parapetrados sin tapujos ni ornamentos de lenguaje. ” Las comunidades sólo saben mendigar” o “en los ríos no se pesca”, son algunas de las guindas disparadas por los portavoces de Repsol.
No en vano, Marc Gavaldà, director de la película, es un activista experimentado sobre el accionar de esta compañía en el mundo. Desde hace más de 15 años , sus monitoreos sobre el terreno en América Latina han dado como resultado la publicación de 7 libros, publicados y reeditados en varios países. En su última obra, Gas Amazónico (1) , reconstruye la quimérica historia del pueblo Nahua, contactado por la Shell en 1984, cuyo debacle poblacional y cultural se agudizará con la ampliación del proyecto Camisea selva adentro, advierte.
Sin embargo, el documental da voz también a las voces disonantes del río: pescadores, madres, abuelos y organizaciones indígenas articulan un discurso de protesta y resistencia, que vincula la triste realidad con la esperanza de articular posiciones firmes de dignidad, para cambiar el destino, calculado en volúmenes de gas, que han programado las corporaciones petroleras en el río Urubamba. En definitiva, en un momento histórico de erosión cultural de los pueblos amazónicos sin precedentes, la difusión de las imágenes de Alerta Amazónica entre los pueblos amazónicos, sus organizaciones, pero también entre la población urbana del Perú será un aporte constructivo para formar posiciones más críticas en el fenómeno industrializante que vive la cuenca del río Urubamba.
Más información:
Blog de Alerta Amazónica: http://alertamazonica.wordpress.com
Documental “Los Nahua, 20 años después” : http://vimeo.com/44744294
Documental ” Alerta Amazónica” : https://vimeo.com/83847726
(1) GAVALDÀ, Marc, Gas Amazónico, Icaria Editorial, Barcelona, 2013. http://icariaeditorial.com/libros.php?id=1386