Este informe da cuenta de un largo historial de conflictos generados por el intento del Estado peruano de imponer un proyecto de extracción y transporte de petróleo en el Lote 64 que se superpone a los territorios tradicionales del pueblo Achuar del Pastaza y de la nación Wampis, sin que haya mediado un proceso de consulta previa. En ese marco analiza las tácticas divisionistas de las empresas que han tenido la concesión del Lote. Estas mismas son aplicadas hoy en día por las actuales concesionarias, GeoPark y Petroperú, en su afán de lograr brechas que les permitan exhibir la aceptación de su presencia de parte de algunos líderes locales. Estas tácticas promueven enfrentamientos entre comunidades, los que aún antes del inicio de las operaciones, han producido y siguen produciendo afectaciones sociales y culturales.