Los pueblos indígenas del Perú llevan la disputa sobre la exploración de gas a los tribunales

Grupos de presión denuncian que una mayor expansión en territorio Amazónico podría llevar al “exterminio” de pueblos aislados.

Por Dan Collyn
La mayor federación indígena de Perú, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), tiene la intención de utilizar los tribunales para detener la expansión de la explotación de la mayor reserva de gas natural del país aún más en territorio reservado para los pueblos amazónicos en aislamiento.
Aidesep dijo que los planes de energía del Perú y Ministerio de Minas para aumentar la exploración y perforación en el Bloque 88, el mayor campo de gas operado por el consorcio Camisea, el riesgo de la existencia de grupos nómadas que viven en “aislamiento voluntario” en la Reserva Nahua-Kupakagori indígena, el 23% de que se solapa con el bloque de gas en el sudeste de la selva del país.
La expansión dentro de la parte del Lote 88 ya ha sido aprobada. Incluye 18 nuevos sitios de perforación y una campaña intensa de exploraciones sísmicas.
Antes de Camisea comenzó a operar en 2004 – y desde – Grupos indígenas y ambientalistas han presionado a los prestamistas internacionales para prohibir una mayor expansión dentro de la reserva. Sin embargo, Iván Lanegra, el Ministerio de Cultura el vice-ministro de relaciones interculturales, dijo que la prohibición se aplica sólo a nuevos proyectos. El consorcio Camisea, liderado por Pluspetrol de Argentina y la petrolera Hunt Oil, una empresa de EE.UU., y Repsol de España, puede continuar para perforar nuevos pozos en la parte del bloque de gas que se superpone a la reserva, con sujeción a la aprobación de su ministerio.
Julio Ibáñez, abogado de Aidesep,confederación indígena que sirve como un grupo que reúne a 67 federaciones indígenas, dijo que presentará una demanda contra el Estado peruano en enero porque se ha violado el “inviolabilidad” de la reserva y amenaza la supervivencia “física y cultural “de los” pueblos en aislamiento “que viven en ella. Eso podría conducir a su “exterminio”, dijo.
Los riesgos de “no deseados” contacto están bien documentados. Alrededor del 60% de los aislados pueblos nahuas murieron durante una serie de epidemias después de su primer contacto con el exterior poco después de la petrolera Shell descubrió los yacimientos de gas en 1984.
En noviembre, Aidesep y tres federaciones indígenas (FENAMAD, ORAU y COMARU) de la zona alrededor de la reserva de gas denunciaron que las nuevas perforaciones violan las condiciones de préstamo entre el Perú y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), así como las promesas de campaña hechas por Ollanta Humala, presidente de Perú desde julio de 2011.
Pero Lanegra dijo que el Estado peruano ha trabajado con el BID para asegurar que la exploración de gas en el mega proyecto no representa un riesgo para las personas aisladas en la zona. Dijo que el Lote 88 fue concesionado en el año 2000, antes de la creación de la Reserva Nahua-Kupakagori en 2003 por decreto supremo. Pero los grupos ambientalistas sostienen que la reserva indígena fue creada en 1990 y el decreto de 2003 sólo mejoró su situación jurídica.
Desde 2011, Perú ha reglamentado la nueva legislación que exige la consulta previa de los pueblos indígenas sobre los planes de desarrollo que afectan a sus tierras (Convenio de la Organización Internacional del Trabajo 169). Sin embargo, las consultas siguen sin realizarse a medida que se abren las fronteras extractivas en nuevas zonas de la Amazonía.
Pero los indígenas indígenas que viven en lo que la legislación del Perú llama “aislamiento voluntario” no pueden ser consultado sobre sus territorios. Dada su situación, dice Conrad Feather, un antropólogo que trabaja con el Programa de Pueblos de los Bosques, ninguna actividad debe llevarse a cabo. “El problema con estos planes es que evitan la cuestión fundamental referida a que son estos pueblos, y no el gobierno peruano o una compañía petrolera, los que deberían decidir sobre su propio futuro”, dijo.
“Se nos pide que creamos que una serie de directrices sobre el papel, por muy buenas intenciones que tengan, son suficientes para hacer frente a la naturaleza impredecible y potencialmente letal de primer contacto. Esto significa abrir una caja de Pandora que una vez abierta, nadie, ni siquiera una multinacional petrolera o la compañía de gas, puede controlar”.
El gobierno del presidente Humala quiere convertir el gas de Camisea en la columna vertebral de la matriz energética del país y promete abastecer de gas a bajo costo para uso doméstico. Perú es el quinto mayor productor de América del Sur de gas natural, con reservas de gas probadas y certificadas de 8,8 billones de pies cúbicos, la mayoría de ellos en el Lote 88. La producción ha aumentado un 37% desde que comenzaron las operaciones en los yacimientos de gas de Camisea en el 2004.
Los ambientalistas dicen que una concesión de gas nueva conocida como Lote Fitzcarrald está previsto, que abarcará las partes aún remotas de la reserva Nahua-Kupakagori y el oeste del Parque Nacional del Manu, declarado Patrimonio de la Humanidad y punto caliente de biodiversidad. Lanegra negó tener conocimiento del Lote Fitzcarrald.
Un vacío legal permite que las concesiones que se consideren de interés nacional pueden pasar por alto las evaluaciones de impacto ambiental y otros procedimientos. Sin embargo, los tratados internacionales que Perú ha suscrito sólo permiten estas concesiones si cumplen con otras salvaguardas fundamentales para prevenir violaciones de derechos humanos.
Servindi