Estas son las principales claves del preacuerdo entre YPF y Chevron, con algunos puntos aún oscuros.
— Necesidad de un socio. YPF necesita acelerar su búsqueda en el yacimiento de Vaca Muerta, considerado uno de los más ricos en el mundo. Para eso, necesita tecnología y conocimiento. La petrolera expropiada consideró que Chevron podía darle esa complementación que estaba buscando.
— Señal a los mercados. Tras haber expropiado la compañía y no haber pagado por ella, la YPF estatal no goza de la mejor mirada por parte de los mercados internacionales. Una asociación con Chevron le permite mejorar un poco su posicionamiento al respecto. Implica que el Estado pudo convencer a un gigante multinacional de origen estadounidense de que puede ser socio de una compañía cuyo control está en manos del Estado
— La interna política. Miguel Galuccio, CEO y presidente de YPF, venía empujando por un acuerdo de este tipo desde que asumió, hace un año y dos meses. Pero el viceministro de Economía Axel Kicillof quería imponer mayores regulaciones al sector. Sin embargo, Kicillof está perdiendo posiciones en el casillero de las decisiones relacionados con la política energética.
— Las concesiones. Para lograr un acuerdo con Chevron, el Poder Ejecutivo habilitó que la estadounidense pueda exportar el 20% de lo que obtenga, a partir del quinto año de operaciones. También le permitirá girar sus utiliades al exterior, algo que está prohibido para casi todo el resto de las empresas.
— Las dudas. El desarrollo de Vaca Muerta requiere inversiones multimillonarias. No está claro cuánto saldrá de las arcas de Chevron ni cuánto aportará YPF. De la misma forma, no se comunicó qué porcentaje se quedará cada una de las compañías del petróleo y gas que allí obtengan. Tampoco fue informado el marco legal que contiene el acuerdo o dónde se saldarán potenciales disputas en caso que existan desacuerdos.
— El rol de las provincias. En un decreto del lunes, al que los expertos llaman “hecho a medida” de Chevron e YPF, se establece que las petroleras podrán extender sus concesiones 35 años más siempre que se trate de yacimientos donde existan recuros no convencionales (“shale oil”, “shale gas” y otros productos que se obtienen con técnicas diferentes al petróleo tradicional). Así redactado, avasalla los derechos de las provincias. Ayer, YPF informó que solicitará la aprobación de Neuquén para avanzar en Vaca Muerta
— Lo que viene. Con el acuerdo con Chevron en la mano, YPF espera convencer a más inversores internacionales. Para los extranjeros, entrar en Vaca Muerta -considerado por Estados Unidos como uno de los mejores yacimientos del mundo- por US$ 1.000 millones es un buen precio. Cuando Repsol, el dueño anterior de YPF hasta que el Estado se la quitó sin pagarle, quiso buscar socios para Vaca Muerta, el Gobierno no se lo permitíó. Y Repsol incluso ofrecía condiciones para los extranjeros que eran menos beneficiosas que las que terminó dando la YPF estatal.