El proyecto de ley de “garantía del suministro e incremento de la competencia en los sistemas eléctricos insulares y extrapeninsulares”, que la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados debatió el pasado martes, ha servido de caballo de Troya para dar luz verde a la utilización del método del fracking en prospecciones en todo el territorio español. Así lo denunció este miércoles el secretario general de los socialistas valencianos y diputado en el Congreso, Ximo Puig.
El proyecto de ley al que se refirió Puig incluye una disposición final segunda que modifica la ley del sector de hidrocarburos de 1998, de manera que permite aplicar “métodos geofísicos y geoquímicos de prospección, perforación de sondeos verticales o desviados con eventual aplicación de técnicas habituales en la industria, entre ellas, la fracturación hidráulica, la estimulación de pozo así como técnicas de recuperación secundaria y aquellos otros métodos aéreos, marinos o terrestres que resulten necesarios para su objeto”.
Puig acusó al PP de dar vía libre al fracking “de forma traicionera y por la puerta de atrás”, a pesar de que “todavía no existen garantías de que sea un método de extracción seguro ni para el territorio ni para los ciudadanos”.
El PSPV-PSOE, que Puig lidera, se ha mostrado contrario a los proyectos de perforación por fracking en las comarcas valencianas de Els Ports y El Maestrat. Las prospecciones estarían orientadas a la búsqueda de gas no convencional y su posterior extracción.
Tanto Puig como la también diputada socialista valenciana Susana Ros votaron contra el proyecto en la Comisión de Industria del Congreso. Según el líder del PSPV-PSOE la autorización del fracking, “escondiéndolo” en un proyecto de ley que nada tiene que ver, “es un atentado directo” contra el principal recurso de las comarcas afectadas, que es el agua. La contaminación de los acuíferos es uno de los riesgos de la perforación hidráulica.
La plataforma contra el fracking en las comarcas de Castellón, que ha protagonizado varias manifestaciones de protesta, rechaza este método de extracción de gas precisamente por el principio de precaución ante la gravedad de los daños que tal técnica de explotación podría llegar a ocasionar.