- “Repsol solicitó permiso para realizar un pozo con fracking en Cantabria, días después de que se aprobara la ley cántabra que lo prohíbe”.
- “Desde las plataformas promovemos las declaraciones de municipios, diputaciones y comunidades autónomas libres de fracking”.
- “Tenemos la intención de promover una Iniciativa Legislativa Popular en el País Vasco para prohibir la técnica”.
Aitor Urresti es Ingeniero Industrial especializado en energía, y profesor de la Universidad del País Vasco. Comenzó su carrera profesional en el sector de la exploración y explotación de hidrocarburos, para pasar posteriormente a trabajar en el sector de las energías renovables. En la actualidad se dedica a la investigación en el ámbito de la integración de energías renovables en la edificación.
Aitor Urresti ha sido también coordinador y coportavoz de EQUO en Euskadi, y fue su cabeza de lista en las elecciones autonómicas al parlamento vasco de octubre pasado.
Pregunta – ¿Qué puedes contarnos del fracking en la zona del País Vasco? ¿Se han encontrado suficientes evidencias de la existencia de shale gas en la zona (como para que sea rentable explotarlo con este método)?
Respuesta – El País Vasco, y más en general, la conocida cuenca Vasco-Cantábrica (Cantabria, norte de Burgos, País Vasco, Navarra y La Rioja), han sido históricamente objeto de exploración en busca tanto de gas como de petróleo. Su situación idónea en el momento de la generación de los hidrocarburos (hace unos 150 millones de años), junto con las apariciones en superficie de asfaltos y alquitranes, ha hecho que desde principios del siglo XX se hayan realizado un centenar de sondeos en este territorio en busca de gas o petróleo, con resultados muy dispares.
El uso del fracking en las zonas donde ya está ampliamente implantado, como es EE. UU., está generando múltiples problemas.
En lo que respecta al shale gas en el País Vasco, se ha detectado la presencia de este tipo de gas no convencional en las pizarras de la conocida como formación Balmaseda, en el subsuelo alavés (se extiende también hacia el norte de Burgos), lo que ha provocado el interés de varias compañías para explotarlo a través del permiso de exploración Gran Enara.
Hace tiempo que se conoce esta formación como productora de gas. No en vano, se la relaciona con el gas extraído durante varios años en el campo Castillo, en las afueras de Vitoria-Gasteiz. Por ese motivo, a finales de lo 90 se perforó en la cercanía el pozo Armentia-1, que estuvo produciendo gas de la formación Balmaseda durante cuatro años.
De la experiencia de esta prueba se identificó que existe gas no convencional en esa formación,atrapado en pizarras con baja permeabilidad, pero con una presencia importante de fracturas. Falta por determinar la cantidad total de gas recuperable de esta formación.
Aunque en su día se planteó hacer una prueba de fracturación hidráulica en el pozo Armentia-1, no se pudo realizar por dificultades derivadas de la perforación del pozo. Por este motivo, de momento se ignora cuál sería el comportamiento de esta formación ante el empleo del fracking, con lo que nos tenemos que basar en lo que ha sucedido de momento en EE. UU. para analizar los riesgos de esta técnica.
Junto a este proyecto, existe también cierto interés por analizar el potencial del flysch negro en una serie de permisos solicitados al sudeste de Bizkaia y suroeste de Gipuzkoa (pendientes de resolución de momento). Se trata de un objetivo que hasta la fecha no ha sido apenas estudiado, con lo que se desconoce su potencial real.
P.- ¿Qué perjuicios medioambientales (en especial, en las aguas subterráneas) puede ocasionar el fracking?
R. – El fracking se ha demostrado que puede resultar muy nocivo para las aguas tanto subterráneas como superficiales. Así lo reconoce un estudio para la Comisión Europea, calificando el riesgo de contaminación de aguas como elevado. Los últimos estudios publicados alertan sobre la existencia de gas en los acuíferos cercanos a las zonas de fracking. El agua que se inyecta para realizar la fracturación de la roca contiene una cantidad de aditivos, varios de ellos con importante afección a las personas y a los organismos acuáticos. Los focos de contaminación de agua más importantes son tres: por conexión de las fracturas cercanas con un acuífero, por derrame de los aditivos tóxicos que se añaden al fluido de fracturación en la superficie, o por escape del fluido de fracturación en su retorno a superficie una vez realizado el fracking. Existen serias dudas sobre la posibilidad de tratar esta agua que retorna a superficie.
Además de este riesgo, hay que tener en cuenta el elevado consumo de agua por pozo para realizar la fracturación hidráulica (hasta 30.000 m3), lo que va a suponer una presión importante sobre nuestros recursos hídricos.
P. – Sí, finalmente, se llevaran a cabo las explotaciones previstas, ¿cuáles serían las consecuencias sobre el terreno? ¿Y en un futuro?
R. – El uso del fracking en las zonas donde ya está ampliamente implantado, como es EE. UU., está generando múltiples problemas. La ONG EarthJustice está recopilando los más importantes en este mapa.
Además de los riesgos ya comentados respecto al uso del agua y la contaminación de aguas subterráneas y superficiales, podemos identificar otros impactos importantes.
- Contaminación del aire: la fracturación provoca un aumento de los escapes de gas en el pozo. El gas de pizarra es mayormente metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. Además, varios de los aditivos que se emplean para la fracturación son volátiles, y nocivos para las personas.
- Ocupación de terreno: por cada emplazamiento, en el que se perforan entre 6 y 8 pozos, es necesario ocupar unas dos hectáreas de terreno. Debido a la baja permeabilidad de las formaciones a explotar, se requiere realizar una gran cantidad de perforaciones para aprovechar correctamente el recurso, con lo que se tiene que realizar una de estas plataformas cada 3 km aproximadamente. Esto supone una ocupación de terreno muy importante, que quedará posteriormente inhabilitado para otros usos, porque teniendo en cuenta que parte del líquido de fracturación empleado, con aditivos tóxicos, queda sin control en el subsuelo, qué tipo de actividades se podrán desarrollar a posteriori en esos emplazamientos?
- Aumento de tráfico e impacto sonoro: el aumento del tráfico en las zonas de explotación es notable, debido sobre todo al gran volumen de líquidos que es necesario.
- Riesgo sísmico: si bien hace unos años la relación entre fracking y terremotos era discutido, el último informe del servicio geológico de EEUU es contundente: existe una clara relación entre los procesos de inyección de agua a presión en el subsuelo y el aumento de la sismicidad en el entorno. No sólo se ha descubierto un aumento del número de terremotos, sino también de la intensidad de los mismos.
P. – ¿Qué opina de la iniciativa del La Rioja de prohibir el fracking? ¿Cree que será una medida efectiva o se impondrá el Estado?
R. – También el gobierno de Cantabria ha sacado adelante una ley similar, prohibiendo el fracking en su territorio. Me parece una iniciativa interesante, ya que ambas comunidades han hecho uso de sus competencias en terrenos tan importantes como la ordenación del territorio y la salud humana, aplicando los criterios de prevención y cautela.
El gobierno central ya ha expresado su deseo de paralizar estas iniciativas, y es más que previsible un litigio competencial. En esta clave hay que entender la maniobra de Repsol al solicitar permiso para realizar un pozo con fracking en Cantabria, días después de que se aprobara la ley cántabra. En su memoria ambiental se puede observar que ni tienen clara la localización del pozo ni la técnica concreta a emplear, puesto que todavía tienen que realizar muchas pruebas previas. El único motivo para solicitar un permiso de perforación en estas condiciones es permitir al gobierno central iniciar un litigio competencial con Cantabria.
P. – ¿Cuál es la postura de EQUO frente a esta técnica?
R. – En EQUO nos hemos mostrado contrarios a esta técnica desde el inicio, y formamos parte de las plataformas que se están creando en todo el territorio para parar su uso.
Se trata de una técnica muy agresiva, y los riegos asociados al fracking son excesivos, más si tenemos en cuenta que los anunciados beneficios se van disipando cuanto más se conoce de esta técnica. La duración media de los pozos es de apenas 5 años, y una vez terminada la producción, y la recuperación del terreno es más que dudosa.
Los riegos asociados al fracking son excesivos, más si tenemos en cuenta que los anunciados beneficios se van disipando.
Como ha sucedido en muchos otros países, las reservas anunciadas inicialmente se van disolviendo en el aire, y el último informe de la Agencia Americana de Información Energética (partidaria del fracking) sólo estima reservas para cuatro años de consumo en España, muy lejos de los 70 años que se anunciaban al inicio. En EE. UU. las empresas relacionadas con el fracking están empezando a tener serios problemas económicos, con lo que también nos preocupa que en caso de implantarse en España, y repetir el mismo modelo económico, se vuelva a crear una nueva burbuja económica. En España ya tenemos experiencia en rescatar empresas privadas con la inyección de dinero público.
Por eso, es el momento de afrontar con seriedad el modelo energético español, altamente dependiente de combustibles fósiles del exterior, para usar nuestros recursos naturales de forma limpia y autónoma, impulsando las energías renovables.
P. – ¿Qué medidas legales podrían llegar a tomarse en el caso de que se comenzaran con las explotaciones?
R. – Desde las plataformas contra el fracking estamos haciendo un seguimiento exhaustivo de todas las actividades que van realizando las empresas operadoras. En un tema tan serio como este no vamos a permitir que se salten ningún procedimiento obligatorio, a pesar de que lo múltiples vacíos legales existentes les dan mucha manga ancha. Estamos analizando todas las memorias ambientales presentadas, y realizando las alegaciones que creemos pertinentes.
Por lo demás, seguimos promoviendo las declaraciones de municipios, diputaciones y comunidades autónomas libres de fracking, intentando usar las competencias de cada institución.
En el País Vasco la situación es más complicada, porque la empresa que opera los permisos, SHESA, es una empresa pública dependiente del Gobierno Vasco, que se ha convertido en arte y parte del negocio, e imposibilita cualquier medida en el parlamento vasco que busque prohibir la técnica en nuestro territorio.
Por su parte, el Gobierno central ha declarado siempre que ha tenido ocasión su total disposición a facilitar el empleo de esta técnica haciendo los cambios legales que crea convenientes. Ya ha propuesto como ejemplo su introducción como “técnica habitual” en la ley del sector de hidrocarburos, empleando para ello una disposición adicional en una ley que poco tiene que ver con el tema: la ley de seguridad de suministro eléctrico en las islas.
P. – ¿Qué opina del apoyo popular en contra del fracking? ¿Qué actuaciones hay en marcha (en el País Vasco o en el resto de España) en contra de esta técnica?
R. – Lo que estamos percibiendo desde las plataformas es que existe desconocimiento sobre la técnica, sus riesgos e implicaciones, sobre todo en las zonas que no están directamente afectadas por la misma. Sin embargo, cuando explicamos lo que supone la misma, sus repercusiones para el entorno y para la vida en los lugares donde se ha empleado, el rechazo al fracking suele ser casi unánime.
Por este motivo, el trabajo principal de las plataformas se está centrando en la información a pie de calle de los problemas asociados a su uso, que es donde están las personas que más directamente van a ser afectadas por la misma.
Como actuaciones futuras, tenemos la intención de promover una Iniciativa Legislativa Popular en el País Vasco para prohibir la técnica en nuestro territorio, y sumarnos así a nuestras comunidades vecinas de Cantabria y La Rioja. Sabemos que va a ser un trabajo complicado, porque a pesar de recoger el número de firmas necesarias, no contamos con la mayoría parlamentaria suficiente para que salga adelante. Esperemos de todos modos que ante la evidencia de que una parte importante de la ciudadanía se muestra contraria a esta técnica, los partidos con presencia parlamentaria recapaciten y apoyen la iniciativa.