Por Diego Genoud
“No había otra salida”, dice Guillermo Pereyra cuando se le pregunta por el acuerdo con Repsol que buscará media sanción en el Congreso el miércoles próximo. Para muchos, el que habla –casi siempre con contundencia- es hoy el hombre clave para avanzar con la explotación del megayacimiento de Vaca Muerta: miembro del Movimiento Popular Neuquino, presidente de la Comisión de Energía del Senado, representante de un ejército de casi 20 mil petroleros de su provincia, Río Negro y La Pampa y bisagra en la relación del gobierno con el moyanismo. Sentado en su despacho y mientras atiende un teléfono que no para de sonar, Pereyra sostiene que el entendimiento firmado con la petrolera española es positivo y necesario. “No hay un desembolso inmediato de los 5 mil millones porque nuestro país no los tiene. Se podrá discutir la tasa de interés pero las condiciones las ponemos nosotros”, asegura.
Aunque afirma que Vaca Muerta ya está dando resultados y defiende la gestión de Miguel Galuccio, el moyanista que quiere ser gobernador en 2015 se reconoce preocupado por el enorme déficit energético de Argentina. Pereyra es partidario del método del fracking y declara que el gran daño ambiental en la Patagonia “lo hizo la YPF estatal”. Además, se pronuncia a favor de pagarle a los ex empleados de YPF que tienen títulos de Propiedad Participada y advierte que los trabajadores no pueden perder poder adquisitivo en esta ronda de paritarias.
Usted renunció al directorio de YPF a mitad de 2013 y ahora aparece como el interlocutor preferido del gobierno en el tema petróleo. ¿Qué pasó?
No soy un interlocutor del gobierno. Soy un hombre elegido por el pueblo de Neuquén para defender sus derechos y lograr algunos objetivos: que vengan a invertir, que haya trabajo, plena ocupación y recuperar el autoabastecimiento energético que alguna vez tuvimos. No soy kirchnerista, no soy cristinista. Pero si anteponemos los intereses particulares, estamos equivocando el camino. Además, yo no me fui enojado de YPF sino porque estaba en nombre de los trabajadores y la relación de Moyano con el gobierno se rompió.
Pareciera que hoy todos están contentos con el acuerdo con Repsol.
Bueno, yo fui un fanático siempre de que había que llegar a un acuerdo. No podíamos pretender que vengan inversores cuando hay litigios internacionales en distinto países. Incluso las empresas que trataban de hacer algún acuerdo con el gobierno argentino eran denunciadas por Repsol. Era muy difícil. El único que vino fue Chevron pero las condiciones las pusieron ellos. Depósitos en el exterior, tribunales extranjeros, libre disponibilidad de las utilidades, no pagar retenciones, una pérdida de soberanía total. Como si estuviéramos que estar de rodillas ante las multinacionales. Tenemos que abrir las puertas porque está el petróleo y está el gas, pero no están las divisas.
¿El gobierno reconoce que fue un error el decreto para Chevron?
Nunca lo va a reconocer obviamente. Quizás era lo único que se podía hacer. Se hizo, bueno basta. Fue un condicionamiento que pusieron para venir a invertir. Yo no quiero más Chevrones.
¿No logró usted que el gobierno escuche otras posiciones?
Escuchar escucha, pero de ahí a que tomen otras decisiones… Yo hablo de predicar en el desierto…
Los que están disconformes son los ex empleados de YPF porque el acuerdo remueve la deuda que Repsol tenía con ellos.
Acá estamos tratando una ley que avala un acuerdo ya firmado entre Repsol e YPF. No se puede modificar ese acuerdo. El tema de los trabajadores ypfianos va por otro lado. Son dueños de Propiedad Participada, hay que arreglarlo y hay que pagarles. Algunos, por voluntad propia, no cobraron nada todavía de la ley 25.471 de 2002. Y los que cobraron, lo hicieron con la promesa de que después los iban a ajustar. Todo eso hay que estudiarlo y cuantificarlo. Hay que arreglarlo porque sino es una estafa.
Son 25 mil personas.
No sé. Unos dicen 5 mil, 25 dicen los ypfianos. Hay varias agrupaciones. Yo los recibí. Vamos a averiguar y ver qué es lo que se está debiendo. Le pregunté sobre el tema a Capitanich cuando vino al Senado y él, después de varios cabildeos, dijo que se ponía a disposición. En el ministerio de Economía, tiene que estar toda la información.
¿Cómo vio la intervención de Zannini en el Senado? Se emocionó por (el sindicalista Jorge) Soloaga, justamente es muy cuestionado por los ex ypefianos por su apoyo a la privatización.
Lo vi bien a Zannini. Fue un discurso político y se puede emocionar. Con los compañeros del SUPE de Soloaga, sólo tengo el contacto permanente por pertenecer a la misma actividad. Ahora la privatización fue un desastre que hicieron. Miles y miles de trabajadores en la calle. No puedo estar de acuerdo con una privatización salvaje.
La paradoja de esa privatización fue que parió provincias y gobernadores con mucho poder.
Si. Se encontraron de la noche a la mañana con muchos dólares en sus cuentas. Algunos hicieron obras con un beneficio político importante. Otros la enviaron afuera para garantizarse un fondo.
Repsol y el daño ambiental
¿Qué pasó con las denuncias contra Repsol por daño ambiental?
Voy a decir algo, conocedor de caminar los yacimientos durante muchos años. El gran daño ambiental lo hizo la YPF estatal. Hasta el año 89, 90, había piletas a cielo abierto en la cuenca neuquina, 450, 500 piletas perfectamente detectadas. Fueron tapadas y adentro había chivitos, corderos, avestruces. Los patos que pasaban volando en la noche veían brillar eso y pensaban que era agua, pero era petróleo. Se metían y no salían nunca más. En Neuquén, en Santa Cruz. Hoy puedo certificar que se está cumpliendo con toda la normativa que hace al cuidado ambiental.
¿Dice que Repsol no contaminó?
¡Si Repsol no invirtió!. Repsol vino a la Argentina a llevarse el petróleo y el gas. Vació uno de los yacimientos gasíferos más importantes que tenemos en nuestro país, Loma de la Lata. No se han repuesto las reservas. Repsol perforó un solo pozo de gas ahí y fue una barbaridad. Hoy lo estamos pagando. Tenemos este déficit energético porque hubo una sobreexplotación.
“Repsol vino a la Argentina a llevarse el petróleo y el gas. Vació uno de los yacimientos gasíferos más importantes que tenemos en nuestro país, Loma de la Lata.”
¿Y por qué Kicillof habló de daño ambiental al momento de expropiar?
Se habló de muchas cosas, de que no íbamos a pagar, del daño ambiental. Habrá formado parte de una estrategia, como en toda negociación.
Pero en la localidad de Añelo los peritos de la Corte Suprema comprobaron que había mercurio, plomo y cromo en la sangre de los pobladores.
Hay una asociación de superficiarios, Assupa, que yo tengo mi opinión. Assupa va atrás de beneficios dinerarios y no beneficios para los superficiarios. Si me hablan de una asociación que está reclamando la remediación del suelo, poder recuperar la fertilidad que tenían los suelos, estoy de acuerdo. Pero cuando se reclama dinero, que no sabemos para qué…
¿Por qué defiende el método del fracking?
Yo sigo insistiendo con que no contamina. Que alguien me explique técnicamente qué es lo contaminante. Primero, los componentes que tiene el lodo entre comillas, el 95 % es agua.
¿Y los aditivos químicos?
Menos del uno por ciento. Y van a 3 mil metros de profundidad cuando las napas freáticas están como mucho a 500 metros. ¿Cómo va a contaminar si todo eso está sellado? Si me lo explican técnicamente…. Y el agua que retorna es tratada y reinyectada. Se utiliza hasta para la recuperación secundaria.
¿Por qué cree que lo prohíben en Canadá, en Francia y en estados de Estados Unidos?
Porque no cumplen con las normativas medioambientales. No ocurre esto en los más de 100 pozos que ya se perforaron en Argentina. Son pozos horizontales y pozos verticales. Ingresan en la piedra, se hace la multifractura o directamente el vertical porque son piedras no porosas.
Con el antecedente que usted mencionaba, de una YPF estatal que generó el daño ambiental en Argentina y en Neuquén. ¿Puede garantizarse que no habrá contaminación?
Con el fracking no hay riesgo. Es otro método. Inclusive los pozos convencionales se llaman locación seca porque no hay lodo. El retorno del lodo va a una pileta de decantación y vuelve a circular. Todo eso pasa por una zaranda y una centrífuga que lo seca. Después, se utiliza para compactación de caminos. Ese lodo iba a parar a una pileta con restos de petróleo. Pero esto no es Ecuador. Ya no existen más esas piletas.
Las paritarias, los sindicatos y el 2015
¿Usted es el único nexo que queda entre el gobierno y Moyano?
No soy nexo. Tengo buen diálogo con todos, también con la otra CGT. No estamos peleados. Son posiciones distintas. Cuando vino Capitanich al Senado le pregunté por qué el gobierno nacional no convocaba a la CGT de Moyano a la reunión del Consejo del Salario.
¿Para qué serviría la unidad de las centrales sindicales?
La fuerza. Pero lo más importante es tener el reconocimiento de los trabajadores. Lo otro es meramente burocrático.
El dirigente petrolero del Frente Renovador Alberto Roberti lo cuestionó hace poco porque usted dijo que aceptaría un 25 % de aumento salarial.
Primero, Roberti no existe. No representa a nadie, no le quedan sindicatos. Se fue Chubut, nos fuimos nosotros y no paramos de crecer, también se va Santa Cruz, Mendoza está en lo mismo. Me dice que cambié la comisión de Energía por el porcentaje de las paritarias. Parece que no me conoce. Él vació el sindicato de Santa Cruz y lo dejó sumido en la miseria. No tiene autoridad moral.
¿Pero usted dijo que aceptaba un aumento del 25 %?
Con respecto a los salarios, lo que dije es que firmo el 25 y el 20 si quieren, pero quiero una comisión de seguimiento salarial. La verdad es que en tres meses acumulativos –enero, febrero y marzo- vamos a llegar al 15 % de inflación. No hay que permitir que los salarios queden atrás de la inflación. Los dirigentes debemos ocuparnos de mantener el poder adquisitivo de los trabajadores. No somos los trabajadores lo que producimos la inflación, sino la emisión, la maquinita. Es responsabilidad del gobierno.
“La verdad es que en tres meses acumulativos –enero, febrero y marzo- vamos a llegar al 15 por ciento de inflación. No hay que permitir que los salarios queden atrás de la inflación.”
¿Por qué dice que no se siente identificado ni con Scioli ni con Massa? ¿Se identificó entonces con el kirchnerismo?
No voté a Néstor Kirchner pero reconozco que después él tuvo un fuerte acercamiento con los trabajadores y con la CGT. Nos devolvió la dignidad de las paritarias libres. Teníamos las puertas abiertas de la Casa de Gobierno como de Olivos. En cuanto a Scioli y Massa, yo no veo un discurso peronista. No se animan a nombrar a Perón ni a Eva Perón. Y yo, a esta altura de mi vida, no me voy a entregar a ojos cerrados. Estoy convencido de que el movimiento obrero debe tener un espacio propio y de que no podemos ir atrás de los políticos.
Por eso está trabajando para ser gobernador de Neuquén.
Es un gran tema ser candidato. Creo que todos queremos ser.
Si, pero el que ganó fue usted.
Yo digo que dentro de las cuatro o cinco líneas que tiene el Movimiento Popular Neuquino tenemos que hacer un debate partidario. Para eso tenemos internas, ahora en agosto. Qué provincia queremos, qué proyecto queremos, con la salud, con la educación, con el narcotráfico que ha entrado en estas provincias en forma impresionante. Por eso, propongo que discutamos esto, cada uno con sus equipos porque hay que tener equipos de trabajo y discusión.
¿Por qué se opone a que los recursos vuelvan a la Nación, si está a favor de una nueva ley de Hidrocarburos?
Porque jamás puede ocurrir esto. Por la Constitución del 94, por la ley corta de Néstor Kirchner. Hace falta una ley de Hidrocarburos más allá de las leyes provinciales, hay que incorporar la cuestión de los no convencionales. Pero el precio lo tienen que fijar las provincias.
¿Cómo retribuye al país una provincia petrolera entonces? Los productores de soja dicen que financian al resto del país.
Estamos hablando de las retenciones, pero no de la producción. Nosotros somos dueños de los recursos, las provincias. No hay por qué compartirlos con el resto del país.
¿No es ese el criterio privatista de la Constitución del 94?
Bueno, no sé si habrá que pensarlo ideológicamente o a partir de una realidad que es clara: lo que hay abajo es mío. Son recursos no renovables que tienen que ir para la reconversión productiva y la construcción de escuelas y hospitales. Por eso, yo reclamo que mi provincia ponga en funcionamiento el Copade, que es un ente que llegó a planificar en la provincia por 25 años.
¿Cómo ve el rol de las empresas petroleras, usted que tiene diálogo con todos, incluido Repsol?
Con Repsol tuve buen diálogo y nunca se cortó, pese a que fui un crítico durísimo con denuncias por falta de inversión. Estuve tres veces en España, con Alfonso Cortina, con Blanco Balín, con Brufau. Pero las empresas tienen que invertir. No puede ser que se esté recuperando esa línea de declive que tiene YPF y que las otras sigan en la misma línea. Tienen que acelerar el proceso de inversiones.
¿Por qué no invierten?
A lo mejor no están dadas las condiciones políticas.
Están esperando que cambie el gobierno.
Claro. Pero es mucho el tiempo que se va perdiendo. Y mientras tanto, estamos teniendo un déficit energético muy grande.
La Política Online