Por Lucile Daumas-Durante la visita de Hollande a Argentina a fines de febrero, se firmaron unos 20 acuerdos bilaterales con alcances a empresas privadas.
El acuerdo fue rubricado entre la empresa estatal Investigación Aplicada (INVAP) dedicada a tecnologías de altas complejidades y la empresa francesa AREVA quienes son los líderes en el mercado energético nuclear. El mismo tiene como objetivo “ofrecer conjuntamente un reactor de investigación y otro de potencia a Sudáfrica”, según informó oficialmente el gobierno argentino. El anuncio pasó desapercibido y sólo fue enumerado como uno más de todos los alcanzados entre ambos mandatarios.
La historia de AREVA en el suelo sudafricano ha sido más que conflictiva. La construcción de la única central nuclear sudáfricana fue acordada en 1976 y comenzó a construirse en 1984, en pleno período de apartheid, con participación de Framatome empresa accionaria del gigante energético nuclear Areva. Por entonces la empresa francesa fue muy criticada y las obras fueron objeto de actos de sabotaje de parte del Umkhonto we Sizwe, brazo armado del Consejo Nacional Africano (ANC).
En el 2009 la empresa estuvo en medio de un escándalo por la compra a precios muy por encima de su valor de tres minas de uranio en Namibia, África Central y África del Sur todos los diagnósticos las daban por agotadas. Las pérdidas para AREVA fueron de 2 600 millones de euros y el plan resultó un complejo fracaso, incluyó lobbys, corrupciones y compras de voluntades de medios de comunicación. Los fines fueron conseguir contratos nucleares con África del Sur.
La empresa AREVA está pasando por una grave crisis financiera con pérdidas de 4 800 millones de euros en 2014 y de 2 000 millones de euros en 2015. Tuvo que pasar un acuerdo para su compra por EDF, la empresa eléctrica francesa, para evitar la quiebra por el disparo de los precios de los reactores construidos en Flamanville, Francia (de 3300 à 10 500 millones de euros), Olkiluoto Finlandia (de 3 500 à 8 000 millones de euros). Después de Fukushima en el 2011, la debacle del mundo de la energía nuclear se hizo sentir en una caída estrepitosa del precio internacional del uranio enriquecido y con ello todas las expectativas de AREVA.
En diciembre del 2015 la justicia sudafricana anuló el contrato de mantenimiento de su central nuclear de Koeberg con la empresa Eskom. Cuestión que pone en peligro que la empresa francesa pueda ganar el contrato de construcción de nuevos reactores.
Es en este contexto que se da la firma de contrato entre INVAP y AREVA recientemente firmado por los mandatarios de ambos países. Quienes trabajamos temas energéticos nos tenemos que plantear interrogantes sobre el alcance del mismo. Es muy poco creíble que INVAP haya podido firmar tal contrato desconociendo el turbio presente y pasado de lo que fue presentado en algún momento la flor y nata de las empresas multinacionales francesas.