"Ecuador debe respetar sistema interamericano de derechos humanos"

Fernando Villavicencio, periodista ecuatoriano asilado en comunidad amazónica, conversa con su colega británico David Hill sobre la orden de prisión que hay sobre él.

Tres hombres buscados por el gobierno ecuatoriano –el congresista Cléver Jiménez, el médico Carlos Figueroa y el periodista Fernando Villavicencio– han obtenido refugio en la comunidad kichwa Sarayaku, en la Amazonía de ese país. Ellos han sido condenados a prisión por haber acusado al mandatario Rafael Correa, sin poder demostrarlo, de supuestos delitos de ‘lesa humanidad’. El 24 de abril, Sarayaku declaró que protegería a los tres hasta ‘que su situación se resuelva favorablemente y existan garantías por parte del Estado, a su integridad física, respeto a sus derechos humanos y, particularmente a sus vidas’. Una declaración enfrentada por el gobierno con un sobrevuelo ‘temerario’ por parte de la fuerza aérea, un helicóptero que aterrizó con ‘cuerpos policiales fuertemente armados’, y ‘canoas con hombres igualmente armados y equipados de bombas lacrimógenas surcando río arriba con dirección a Sarayaku’, según declaraciones y tuits por parte de la comunidad.

En marzo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó ‘medidas cautelares’ para proteger a los tres hombres y solicitó que Ecuador ‘suspendiera inmediatamente los efectos de la decisión de 14 de enero de 2014’ que confirmó una sentencia de abril del 2013 que condenó a Jiménez y Villavicencio a un año y medio de prisión y a Figueroa a seis meses de cárcel. El periodista británico David Hill conversó con Villavicencio, quien da su versión de los hechos.

¿Cuáles son los cargos en su contra?

Es una demanda de Rafael Correa como ciudadano, no como Presidente, por una supuesta injuria, luego de que junto al asambleísta Cléver Jiménez y al dirigente médico Carlos Figueroa presentamos a la Fiscalía, para que investigue por los hechos registrados el 30 de setiembre de 2010, cuando las Fuerzas Armadas ingresaron al Hospital Policial de Quito para ‘rescatar’ al presidente Correa, quien dijo sentirse secuestrado. Quien dio la orden para ese rescate fue el propio Rafael Correa, según consta en el informe de las Fuerzas Armadas, como resultado del operativo militar murieron cinco personas entre policías, militares y civiles. La fiscalía no permitió que fuéramos a juicio y sin investigación declaró la denuncia como maliciosa y temeraria. Además, se enjuició a un legislador sin levantarle la inmunidad parlamentaria, lo cual viola la Constitución.
¿Qué opina de estos cargos?
Como señala la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para entregarnos medidas cautelares, la sentencia no respetó el debido proceso. Es más en mi caso, como periodista se violó el derecho a libertad de expresión.
Es una evidente persecución política, pues en mi caso, como periodista y asesor del legislador Cléver Jiménez, somos los pocos que hemos investigado graves casos de corrupción del gobierno y tenemos mucha información reservada sobre manejos dolosos de los principales negocios públicos. El juicio relacionado con el levantamiento policial del 30 de septiembre es un instrumento para silenciarnos e impedir que nuevas denuncias se hagan públicas. En especial, es una respuesta a la investigación que consta en mi libro Ecuador: Made in China, donde se revela que el país pierde 2 dólares por barril de petróleo que se entrega a empresas chinas, como parte pago de los créditos que recibe del Banco de Desarrollo de China. Además, he revelado que la empresa Gunvor y Taurus Petroleum, dos compañías investigadas por la justicia de EEUU, son las que revenden el petróleo de Ecuador a las refinerías de EEUU, en especial a la refinería de Chevron/Texaco en California lo cual dejó en evidencia un doble estándar de Rafael Correa, que por un lado acusa a Chevron y por otro le entrega petróleo.
Acabo de lanzar otro libro denominado Los Secretos de Feriado, donde revelo información reservada que Rafael Correa se ha guardado desde el año 2007, en la cual se evidencia que su primo Pedro Delgado, fue el coautor de un Decreto 1492 del año 1999, con el cual se perjudicó al estado en 1178 millones de dólares. Entonces me persiguen porque descubrí graves casos de corrupción.
Hace poco usted vivía en Miami, ¿por qué regresó a Ecuador?
Porque soy inocente. Tenía casi asegurado el asilo político, una visa humanitaria para mi familia en USA, pero una vez que la CIDH otorgó medidas cautelares decidí volver a Ecuador para enfrentar junto a mis dos compañeros el destino que sea. No podía quedarme en USA libre mientras mis compañeros iban a prisión y pasaban a la clandestinidad. Pensé que Correa iba a respetar el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y acatar las cautelares de la CIDH, pero esta actitud dictatorial nos ha obligado a pasar a una condición de refugiados en un pueblo amazónico.
¿Y por qué Sarayaku?
Sarayaku es un símbolo nacional e internacional, considerado el pueblo del medio día, es una comunidad que ha dado lecciones de resistencia al mundo, es el único pueblo que logró expulsar a dos petroleras de su territorio, primero a Texaco y luego a CGC y recibió una sentencia a favor de la Corte Interamericana de Derechos Humanos el año 2012. Siempre he sintonizado y apoyado los ideales del pueblo de Sarayaku desde la marcha de 1992. Ellos viven de la naturaleza en una plena armonía, con formas comunitarias únicas, un gobierno propio donde las decisiones se asumen por toda la comunidad. Nadie toma más de lo necesario de la naturaleza, son un ejemplo de democracia y respeto a la vida, dan muestra de que la civilización está en la selva y no en el cemento. Un pueblo de la selva nos protege mientras el gobierno del socialismo del siglo 21 persigue a los propios militantes de izquierda.
¿Qué se siente vivir en Sarayaku?
Desde el 24 de abril en que el VII Congreso de Sarayaku, es decir todo el pueblo, decidió acogernos y protegernos, el gobierno lanzó una campaña de hostigamiento, intimidación y amedrentamiento en contra de la dirigencia, de los habitantes y de los tres perseguidos políticos. Desde entonces vivimos una total movilización. Los instrumentos de trabajo, escopetas de cacería, lanzas, cerbatanas, arcos, machetes, cuchillos, se transformaron en instrumentos de defensa de su territorio. Para ellos un ataque contra uno es un ataque contra todos, si alguien vulnera su territorio histórico de 135 mil hectáreas, se considera un ataque a su casa. Día y noche están movilizados, se suspendieron las clases en escuelas, la guardia de seguridad propia conocida como WIO que significa hormiga, vigila día y noche los ríos y los sitios estratégicos de la selva. No puede ingresar ninguna persona extraña sin autorización del Consejo de Gobierno de Sarayaku.
No dormimos en una sola comunidad, luego de que Rafael Correa anunció que utilizaría todos los recursos para entrar a Sarayaku a capturarnos y una vez que se dieron sobrevuelos de helicópteros policiales, aterrizajes en la bocana del río Bobonaza, el sobrevuelo de un avión de guerra Super Tucano y que se utilizaría las fuerzas especiales de ejército para ingresar al pueblo, los tres compañeros les pedimos a los dirigentes que nos saquen del centro poblado a la selva para evitar enfrentamientos con secuelas fatales. Hoy estamos fuera del poblado, movilizados en diferentes comunidades de la selva, y por momentos podemos acceder al único sitio de internet, como en este caso.
Nuestra vida cambió totalmente. De Washington o Quito a Sarayaku hay un amazonas de distancias. Aquí dormimos en carpas improvisadas o en hamacas, con temperaturas que superan los 35 grados, lluvia constante, mosquitos, serpientes, un ambiente de selva primaria y secundaria. La alimentación igualmente sufrió un cambio radical. La cultura del pueblo Kichwa de Sarayaku se basa en la chonta, un árbol del cual toman el fruto que sirve para la chicha. Una bebida básica de su alimentación. De la chonta igualmente fabrican las lanzas, arcos y flechas. Otra bebida ancestral y propia de su cultura es la chicha de yuca masticada, que sirva para las fiestas. También chicha de plátano maduro. La dieta alimenticia se complementa con verde, plátano, yuca cocinada, pescado, carne de guanta sajino, venado, aquellas especies animales que no están en peligro de extinción. Por ejemplo, está prohibido la caza de tapires y monos. La energía se utiliza de paneles solares y existe un solo punto colectivo de internet para todo el pueblo. El pueblo habla la lengua ancestral el Kichwa, pero también dominan el castellano.
¿Cómo espera usted que esta situación se resuelva?
Esperamos que el gobierno respete el estado de derecho, es decir que reconozca las medidas cautelares de la CIDH, cuya aceptación no es discrecional sino vinculante. El propio gobierno de Juan Manuel Santos en Colombia acaba de restituir al Alcalde de Bogotá Gustavo Petro reconociendo las cautelares de la CIDH. Igualmente, Ecuador ha reconocido en varios casos a la CIDH. De lo contrario iremos a otras instancias internacionales. Personalmente estoy preparando una demanda internacional en contra de Rafael Correa por el allanamiento violento a mi casa en Quito en diciembre de 2013, en horas de la noche violentando a mis pequeños hijos, para sustraerse computadoras y miles de documentos que servían de sustento para mis investigaciones periodísticas que he publicado en Revista Vanguardia, en Plan V y en varios medios nacionales e internacionales.
También hemos elevado el caso de la persecución y amenazas en contra del pueblo Sarayaku a la relatoría de Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas y al Papa Francisco pidiendo la intervención a fin de impedir hechos violentos.
¿Qué puede hacer la comunidad internacional?
Presionar para que el gobierno cumpla con las medidas cautelares de la CIDH. El pueblo de Sarayaku decidió protegernos porque nos consideran perseguidos políticos, pero ahora están preparando un asalto militar y policial para detenernos, lo cual generaría enfrentamientos con lamentables hechos. El responsable de lo que suceda en Sarayaku que ha anunciado que no permitirá en ingreso de militares y policías a su territorio, será el presidente Rafael Correa y quienes ejecuten una sentencia que está suspendida por la CIDH.
 
Nota de redacción:
En febrero el diario The Guardian publicó un artículo escrito por David Hill sobre un documento del gobierno ecuatoriano en el que se declaraba que durante las negociaciones con una delegación china en mayo del 2009, los funcionarios del gobierno expresaron que Ecuador ‘hará el mayor esfuerzo’ para apoyar a dos empresas chinas en la exploración de los campos petroleros Ishpingo, Tiputini y Tambococha en el Parque Nacional de Yasuni, mientras tanto Ecuador buscaba fondos desde la comunidad internacional con el objetivo declarado de no explotar dichos campos como parte de la iniciativa llamada ‘Yasuni-ITT’. El gobierno ecuatoriano respondió reclamando que el documento había sido modificado e insinuó que la fuente de Hill era Fernando Villavicencio. Sin embargo, no hay evidencia para el primer reclamo, y Hill no había tenido ningún tipo de contacto con Villavicencio en ese momento.
 
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La Mula, Perú