Comunicado de la organización Tierra para Vivir, 28 de abril de 2017
Esta semana se pusieron en escena dos propuestas que hablan sobre el futuro del país: de una parte Macri buscando hacer alianzas con las grandes corporaciones norteamericanas, ofreciendo para esto la explotación de nuestros recursos. Por otra parte la acción decidida de organizaciones, vecinos y vecinas de Entre Ríos que lograron la aprobación de una ley que prohíbe el fracking en su provincia y son parte de una lucha para pensar escenarios alternativos de desarrollo en nuestro país.
El viaje de Macri a Estados Unidos para reunirse con Trump tuvo un objetivo central: la búsqueda de atraer capitales desde ese país para profundizar el saqueo de nuestros recursos. En esa negociación la principal joya que fue a presentar fue Vaca Muerta, la megaformación hidrocarburífera no convencional que ya está siendo fracturada en diversas áreas en la provincia de Neuquén.
Para eso Macri se reunió en Texas con más de 250 empresarios de distintos rubros, entre los que se encontraban los ejecutivos de las principales petroleras de ese país. Para convencerlos de entregarles áreas de explotación, hizo promesas de “reglas claras” como la baja de impuestos para la importación de maquinaria y el acuerdo con la burocracia sindical que permitió una baja de los costos laborales de la operación en Neuquén.
La búsqueda de socios comerciales se contrapone con la fuerte conflictividad que el fracking genera en el país. Dentro del extenso territorio que abarca la formación Vaca Muerta son decenas las comunidades mapuche, grupos de vecinas y vecinos, sindicatos, y organizaciones sociales que han levantado su voz en contra del desarrollo de esta técnica. Dichos grupos denuncian no solo la contaminación del agua, aire y tierra en los sitios de extracción, sino que la generación de altas cantidades de desechos que son tratados en megabasureros petroleros -como los que se ubican en el Parque Industrial de la ciudad de Neuquén- la represión de quienes defienden los territorios, el desplazamiento de comunidades y zonas productivas; así como la explotación en zonas urbanas.
Ante esta amenaza es que asambleas y grupos de vecinos y vecinas de Entre Ríos se comenzaron a organizar desde 2012 buscando blindar su provincia de la posible invasión petrolera pretendida por el entonces gobernador Sergio Urribarri (FpV). Esta lucha llegó a un punto máximo este martes 25 de abril, cuando la Cámara de Diputados entrerriana aprobó por unanimidad la prohibición del fracking en la provincia. La iniciativa parlamentaria siguió la propuesta de los movimientos y asambleas que exigían la sanción de este proyecto.
Además de la enorme conflictividad social que generan estas medidas, la obsesión macrista por atraer inversiones a bajo costo -para ellos- y de alto impacto -para nuestro país- demuestra una nula voluntad por resolver la crisis energética con salidas alternativas. En ese sentido el desarrollo de planes de energías renovables son minúsculos comparados con los acuerdos que el gobierno busca cerrar en Vaca Muerta.
Esta gira es un episodio más de la política de Macri por situar a Argentina como un exportador de recursos dentro del mercado internacional. Para esto ha desplegado una campaña de acercamiento con inversionistas, como la realización en Puerto Madero del foro Mini Davos durante la jornada del paro nacional del 6 de abril. Este camino buscará profundizarse con la realización de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio en diciembre de este año, y el encuentro del G-20 en julio del próximo año.
Todos estos impulsos se suman a otras políticas como el fuerte endeudamiento que está sufriendo el país, y la apertura a acuerdos comerciales (como el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea). Si este modelo de “desarrollo” resulta exitoso, lo será vendiendo la economía, la salud y las condiciones de vida de los pueblos argentinos. Es por esto que hacemos un llamado a las organizaciones sociales, políticas y la ciudadanía en general a hacer una amplia oposición a este modelo de tarifazos, extractivismo y saqueo. Porque si el proyecto geopolítico de Macri triunfa, será a costa de nuestro futuro.