Las Grutas bajo presión: el GNL busca avanzar en las costas rionegrinas

Por OPSur. –

Impulsado por la empresa Pan American Energy, el primer megaproyecto de licuefacción de gas en el Golfo San Matías enfrenta duras críticas por su impacto ambiental, social y económico. La prueba piloto de una tecnología poco desarrollada en Argentina, con numerosos antecedentes preocupantes, que marca el avance de la industria hidrocarburífera sobre las playas rionegrinas.

El comienzo de la era del GNL argentino 

El proyecto FLNG ubicado 35 km al sur de la localidad de Las Grutas es parte de una serie de iniciativas que incluyen un Puerto Petrolero del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur de grandes dimensiones y un Puerto de GNL(1) ambos impulsados por YPF en Punta Colorada todas ubicadas en el Golfo San Matías de Río Negro. El objetivo principal de todos estos proyectos es impulsar un salto exportador de hidrocarburos mediante el desarrollo de vías de evacuación que conecten con los mercados internacionales y así “maximizar la renta” de las empresas tal como establece la reforma energética del gobierno nacional. 

La iniciativa consiste en la instalación de una unidad flotante de licuefacción de gas (FLNG) capaz de producir 2,4 millones de toneladas de GNL al año previendose el inicio de la operación comercial en 2027. Inicialmente el buque se abastecerá de gas utilizando la capacidad existente del sistema de transporte en los meses del año con menor demanda local.

Este gas será transportado desde la Planta Compresora San Antonio Oeste, que lo recibe del Gasoducto General San Martin (GGSM) que vincula la Cuenca Austral y la provincia de Buenos Aires. Desde allí a través de un gasoducto terrestre y uno submarino llegará al buque licuefactor “Hilli Episeyo” (2), donde será procesado y cargado en buques transportadores de GNL. Posteriormente, según PAE, el objetivo es que el buque de licuefacción pueda operar todo el año para lo cual se prevé la construcción de instalaciones de transporte presuntamente desde Vaca Muerta.

El proceso de licuefacción del gas tiene un alto costo energético y climático, duplicando las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el gas convencional. Además, estas instalaciones intensivas en infraestructura generan escaso empleo local, con apenas 280 puestos temporales durante los 22 meses de construcción, y luego son operadas principalmente por personal especializado.

Southern Energy S.A., controlada por Pan American Energy, es la empresa responsable del proyecto. Ésta alquiló el buque licuefactor a la noruega Golar LNG hasta 2047. La implementación del acuerdo prevé una inversión estimada de US$2.900 millones en 10 años, la posibilidad de sumar un mayor número de barcos flotantes de licuefacción y el ingreso de otros productores de gas de Argentina. 

El 29 de noviembre, Pampa Energía anunció su incorporación como segundo mayor accionista de Southern Energy S.A., con una participación inicial del 20%. El 2 de diciembre, Harbour Energy, compañía británica ya activa en Argentina, informó mediante su gerente general interino, Mariano Cancelo, la adquisición de un 15% de participación en Southern Energy. El proyecto contaría también con el respaldo financiero de YPF, cuyo CEO, Horacio Marín, declaró en redes sociales que “desde YPF SA nos vamos a unir a esta iniciativa que marca un hito en la industria energética de nuestro país”. Para YPF, que tiene en agenda proyectos mucho más ambiciosos como el Argentina GNL, esta iniciativa serviría como prueba piloto para ganar experiencia en una tecnología aún incipiente en el país. 

Mapa del Golfo San Matías del Observatorio de Sismicidad Inducida

Las Audiencias Públicas degradas a tramites express 

La convocatoria a audiencia pública para evaluar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto FLNG en Río Negro presenta serias irregularidades que restringen la participación ciudadana. El lugar elegido, a 120 kilómetros del área de impacto, dificulta el acceso de las comunidades afectadas, mientras que sus 3.200 páginas escaneadas como imagen, obstaculizan su análisis en los 30 días otorgados. 

Además, la consultora responsable, Serman y Asociados S.A., realizó estudios claves antes de su habilitación formal, lo que genera dudas sobre la legalidad del proceso. Tampoco se consideran los impactos acumulativos del resto de los proyectos del Golfo San Matías lo que evidencia una evaluación fragmentada y limitada de las afectaciones reales.

La aceleración de trámites ambientales, promovida como parte del compromiso del gobernador con las empresas, refuerza el carácter político de las audiencias, donde se priorizan discursos alineados con los intereses gubernamentales y corporativos. A esto hay que sumarle el contexto de violencia en las que se desarrollan, con excesivas fuerzas policiales y grupo de choques partidarios que genera un clima hostil. Todos hechos que buscan evitar la participación de voces críticas, como sucedió en las Audiencias de Sierra Grande y Calcatreu. 

Este escenario refleja una planificación provincial en función de las necesidades de producción y exportación de hidrocarburos. Un paso más de la flexibilización ambiental que llevad adelante el gobierno provincial para adaptarse a las demandas del sector y profundizar el perfil de Río Negro como una región extractiva y exportadora. 

Fotografía de Alberto Weretilneck gobernador de Río Negro, junto a la secretaría de Energía y Ambiente provincial, y a representantes de Golar LNG. Gentileza de Prensa del Gobierno de la Provincia de Río Negro.

Críticas al proyecto: impactos ambientales, económicos y sociales

Cambio climático: El proceso de licuefacción es extremadamente intensivo en energía. Desde el enfriamiento del gas hasta su transporte, el GNL emite el doble de gases de efecto invernadero que el gas convencional. Esto contradice los objetivos globales de reducción de emisiones para limitar el calentamiento a 1,5 °C, según la Agencia Internacional de Energía.

Economía y empleo: El proyecto se beneficia de las exenciones fiscales del RIGI, lo que reduce significativamente los ingresos que generará para el país. Además, la dependencia de tecnología e infraestructura extranjera limita la creación de empleo local. Las promesas de desarrollo económico parecen beneficiar más a los accionistas de las empresas multinacionales involucradas que a las comunidades locales.

Salud pública e institucionalidad: el EIA pone de manifiesto la falta de capacidad institucional para afrontar contingencias derivadas del proyecto, hospitales por ejemplo. El más cercano, ubicado en Las Grutas, carece de los recursos básicos para enfrentar las posibles emergencias relacionadas a accidentes en el FLNG. Además, los órganos de control y fiscalización carecen del personal y la infraestructura necesaria para cumplir sus funciones. Esta situación pone en evidencia la falta de preparación institucional para responder a los riesgos asociados al emprendimiento.

Ecosistemas: El Golfo San Matías es un área de alta biodiversidad que incluye reservas naturales que podrán verse afectadas ante contingencias como fugas, derrames, explosiones y colisiones de embarcaciones. El EIA contempla un área de influencia directa que afecta algunas áreas naturales protegidas, pero excluye otras muy importantes como Puerto Lobos (Río Negro) o Península Valdés (Chubut), ambas cercanas y muy importantes en el sostenimiento ecologico del Golfo. Este tipo de omisiones y la falta de una evaluación ambiental integral socavan la legitimidad del proceso y plantean dudas sobre la verdadera sostenibilidad del proyecto. 

Las operaciones de FNLG de Golar generan cada año mayores volúmenes de emisiones y desechos. En 2023, con el Hilli Episeyo como único buque activo, se alcanzaron niveles récord de emisiones (gases de efecto invernadero, NOx, SOx, PM, CH4), consumo de energía, desechos petroleros y desechos totales, según los registros declarados por la empresa desde el año 2020. Además, esta unidad de FLNG utiliza grandes cantidades de agua, que luego es descargada al mar con temperaturas más altas y, en algunos casos, con elevados niveles de salinidad. Otra cuestión relevante es que según el EIA el barco tiene un promedio de una fuga al año, el 58,9% pequeñas, un 23,6% medianas y un 17,5 % grandes. 

Actividades tradicionales: El proyecto pone en riesgo actividades tradicionales como la pesca artesanal y el turismo, pilares económicos de las comunidades locales. Particularmente, la recolección de pulpo y el emblemático Camino de los Pulperos, frecuentado por pescadores y turistas, figuran entre los más afectados de esta reconfiguración industrial de la región.

Comunidades originarias y patrimonio cultural: En el departamento de San Antonio se encuentran registradas cinco comunidades. En 2022 el “Chenque” ubicado en el camino de los pulperos hacia Piedras Coloradas fue declarado sitio sagrado por el INAI. Este es un espacio Ceremonial, Filosófico y Espiritual del Pueblo Tehuelche-Mapuche y un sitio arqueológico donde se encuentran restos de ancestros de la comunidad. 

Accidentes en proyectos similares: un antecedente alarmante

El GNL es altamente volátil y presenta riesgos significativos durante su producción, almacenamiento y transporte, especialmente en áreas costeras vulnerables a eventos climáticos extremos. Es importante dimensionar que un tanque completo de GNL almacena el equivalente energético de 55 bombas atómicas (PSR, 2019). El GNL explota cuando se derrama en el agua y, si cae al suelo, puede formar nubes inodoras de rápida expansión capaces de congelar súbitamente la carne humana y producir asfixia por desplazamiento del oxígeno. Cuando los vapores de GNL se incendian en el punto de origen, se convierten en “charcos de fuego”, que arden a temperaturas más altas que otros combustibles y no pueden extinguirse. Las altísimas temperaturas de los incendios de GNL puede provocar quemaduras de segundo grado en las personas que se encuentran en un radio de hasta una milla de distancia (alrededor de 1,6 km). A lo largo de los años, varios accidentes han ilustrado estos peligros.

Los ejemplos de fugas incluyen incidentes en instalaciones de GNL en Estados Unidos, como el de Cheniere Energy en 2018, donde se detectaron 15 fugas y grietas de hasta 1,80 m en los tanques de almacenamiento. No se notificó a la población sobre el incidente hasta más de dos semanas después. 

Algunos ejemplos de explosiones e incendios son, la planta de GNL Freeport en Texas que en 2022 debió permanecer cerrada durante ocho meses por una explosión de nube de vapor y un posterior incendio. En 2019 en Filadelfia una explosión de tipo VCE (explosiones de nubes de vapor) hizo volar un barco sobre el río Schuyhill y provocó la clausura permanente de la refinería. En 2014 en Plymouth, Washington, un equipo de procesamiento de GNL explotó, hiriendo a cinco empleados y provocando una fuga de gas lo suficientemente grande como para evacuar a los residentes en un radio de 3.22km. El más grave hecho del que se tenga registro sucedió en 2004 en la planta de GNL en Skikda, Argelia, que sufrió una explosión masiva que mató a 27 personas e hirió a más de 70. El incidente fue causado por una fuga de gas que generó una reacción en cadena. La industria en general subestima la magnitud de las explosiones de nubes de vapor en estas instalaciones.

El auge de los proyectos de GNL a nivel global también ha generado resistencia, con comunidades y gobiernos rechazando iniciativas por sus impactos ambientales y sociales. En EE.UU y Canadá se han rechazado diversos proyectos por los efectos negativos en la calidad del agua, los impactos nocivos para la ballena franca del Atlántico Norte y los riesgos para la seguridad pública. 

A nivel económico, la creciente exportación de GNL está tensionando el acceso al gas dentro de los países productores, afectando los precios internos y limitando la capacidad de intervención estatal. Reportan además un muy bajo beneficio económico local aunque se prevé la creación de 280 puestos de trabajo durante la construcción, el personal que operará el buque de licuefacción será en su mayoría extranjero. 

Mapa: Observatorio de Sismicidad Inducida
Mapa: Observatorio de Sismicidad Inducida

Citas:

  1. El gas natural licuado (GNL) es vapor de metano que ha pasado a estado líquido a través de un proceso de criogénesis con el que se disminuye la temperatura del gas hasta su punto de condensación (-161 °C). Al enfriar el gas para llevarlo a estado líquido, este ocupa 1/600 del volumen original, lo que permite transportarlo (en general para su exportación) en buques metaneros a zonas a donde no llegan los gasoductos.
  2. Es una unidad flotante de licuefacción de gas reconvertida en 2017 por la empresa Keppel en Singapur, a partir de un metanero de 1975 (Hilli LNG). Es el primer buque FLNG reconvertido en el mundo, con una capacidad de almacenamiento de 125,000 m3 y una producción anual de 2.4 millones de toneladas de GNL. Comenzó operaciones en 2018 frente a las costas de Camerún. Tiene bandera de las Islas Marshall, una longitud de 293.74 metros y ancho de 62.6 metros y capacidad para albergar a 118 personas. 

Foto de portada: FLNG “Hilli Episeyo”.  Golar LNG.