El viernes 31 de marzo se realizará en la ciudad rionegrina de Catriel la audiencia pública en la que se presentará y analizará el proyecto de la instalación de un mega basurero petrolero en su ejido. La iniciativa corresponde a la empresa neuquina Crexell y, de concretarse, con sus 300 hectáreas se convertiría en el emprendimiento de su tipo de mayor envergadura desde que el fracking desembarcó en el norte de la Patagonia.
Por OPSur.- El 24 de marzo, en pleno feriado del Día de la Memoria, la secretaría de Ambiente de la provincia de Río Negro, Dina Migani, brindó una conferencia de prensa en Catriel acompañada por legisladora provincial Viviana Germanier, el intendente local Carlos Johnston y funcionarios municipales de las áreas de Planificación, Gobierno y Medioambiente. La apertura estuvo a cargo del mandatario municipal, quien agradeció la presencia de Migani, destacó la importancia de la participación ciudadana y de la libertad de expresión, aunque a veces, según sostuvo, los vecinos emitan opiniones que puedan parecer “desagradables” o sus intervenciones sean “desacertadas”.
Antes de cederle la palabra a Migani, Johnston destacó que Catriel es “un pueblo petrolero”, y añadió: “la actividad hidrocarburífera, en sí, genera pasivos ambientales, y a veces contaminación, y lo que viene a hacer esta empresa es a descontaminar”, en relación a la planta de tratamiento de residuos petroleros que pretende instalar la firma Crexell. En el mismo sentido se manifestó Migani en declaraciones a una radio local. Si el objetivo de esa conferencia de prensa era brindar información a la población, los funcionarios empezaron mal.
Participación Ltda.
El objetivo de la intervención de la secretaria de Ambiente rionegrina era impulsar la participación ciudadana en la audiencia pública del 31 de marzo, en la que se expondrá el proyecto de una planta tratadora de residuos petroleros que pretende instalar la empresa neuquina Crexell. Lo llamativo, que resulta hasta contradictorio de la invitación y del espíritu participativo promovido por las autoridades provinciales y municipales, es que estas instancias se realizan en horarios y días laborales -en este caso un viernes a las 9.30-, sin posibilidad de acceder a la información por medios digitales sino solo solicitándola personalmente en la Secretaría de Ambiente, con poca difusión informativa y con mecanismos poco democráticos para las exposiciones, dado que las intervenciones de la ciudadanía quedan para lo último, el tiempo es acotado y no siempre obtienen respuestas. Por otra parte, para la población que va ser afectada resulta muy costoso fotocopiar cientos de páginas con los estudios y muchos de ellos requieren de conocimientos técnicos para ser comprendidos.
La titular de la secretaria de Ambiente manifestó el conocimiento de estos problemas al momento de hacer la invitación, “uno de los reclamos de la ciudadanía en otras audiencias públicas ha sido la falta de comunicación, la falta de información”. Sin embargo, a pesar de reconocer las críticas, esta convocatoria tiene estándares de participación aún menores a otra similar realizada en diciembre en Sargento Vidal, donde la población podía inscribirse vía on line, cosa que no ocurrió particularmente en este llamado.
En la conferencia, Dina Migani expresó que es muy importante que la población se exprese en la audiencia pública, “porque su opinión es tenida en cuenta al momento de hacer la aprobación de la resolución ambiental. A pesar de que la audiencia no es vinculante, esta resolución puede ser aprobatoria o no del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), por lo tanto, escuchar las opiniones es muy importante, aunque la gente no quiera participar o ir a la audiencia pública”. Más allá de las afirmaciones de la funcionaria, el carácter no vinculante de estas convocatorias las ha transformado en un mero trámite, en el cual sugerencias, reclamos y objeciones realizados por la ciudadanía quedan durmiendo en el registro de un acta, mientras los proyectos avanzan. Ejemplo de ello es la audiencia pública celebrada en Sargento Vidal, donde se presentó el proyecto de Treater SA de instalar en Campo Grande, la primera planta de tratamiento de residuos petroleros de la provincia. En esa instancia las voces disidentes fueron las últimas en intervenir y sus dudas y cuestionamientos no tuvieron respuestas, o las respuestas fueron evasivas; y recientemente se enteraron por la prensa de que el proyecto fue aprobado. En aquella oportunidad una vecina preguntó qué se hacía con el material radiactivo que podría encontrarse en los cortes de perforación y cuál iba a ser el tratamiento que se daría a los metales pesados, ambos altamente peligrosos para la vida humana y el ambiente. Nunca obtuvo respuesta.
Por otra parte, si bien se convoca a participar, de momento no contamos con antecedentes de casos en los que la Secretaría de Ambiente haya desaprobado un proyecto, al menos eso no sucedió durante la gestión de Dina Migani. Una funcionaria cuestionada por ser dueña de la empresa de servicios petroleros Quinpe, también transportista de residuos, lo que dio lugar a que fuera denunciada por incompatibilidad de cargos.
El proyecto
La mega planta que Crexell pretende instalar en Catriel busca ser acopiadora de los residuos de la provincia de Río Negro, especialmente de los generados por la explotación de hidrocarburos no convencionales con aplicación de la técnica de fractura hidráulica, más conocida como fracking. Allí se tratarían, según consta en el EIA, “residuos Industriales no Especiales, suelos contaminados con hidrocarburos, cutting, aguas con hidrocarburos, flowback, líquidos provenientes de perforaciones no convencionales y residuos semi-sólidos con hidrocarburos, comúnmente denominados ‘fondos de tanques’”. Además estaría habilitada para hacer la disposición final de los materiales tratados, y deja abierta la posibilidad de incorporar residuos de otras provincias.
Este proyecto ocuparía 300 hectáreas en el área de la meseta Bayo Mesa, a pocos kilómetros del centro de la ciudad de Catriel. Según el EIA, tendría un sector de tratamiento de residuos sólidos de 20 has. y otro de 100 has. destinado a suelos contaminados con hidrocarburos, dividido en tres subsectores: recepción y pretratamiento, biopilas y desorción térmica. También contempla un área de deshidratación de residuos semi-sólidos, que ocuparía 10 has., donde se almacenarían y procesarían lodos con hidrocarburos o fondos de tanques. En tanto se destinarían 20 has. al sector de tratamiento de residuos líquidos especiales, y otras 60 has. al relleno de seguridad, donde se efectuaría la disposición final de residuos peligrosos y no peligrosos. La puesta en marcha la planta generaría 37 puestos de trabajo, contando los especializados y calificados.
Una empresa conocida
Crexell Soluciones Ambientales S.A. es la empresa de Nicolás Crexell, sobrino del ex gobernador de Neuquén Jorge Sapag y hermano de la senadora nacional Lucila Crexell, del Movimiento Popular Neuquino. La empresa es el segundo emprendimiento en este rubro, en 2016 la familia abrió Servicios Ambientales de Neuquén, en cercanías de Añelo, en sociedad con la empresa Befesa. En ambas firmas la titular es la esposa de Crexell, Fernanda Bisso, y en el caso de la versión rionegrina la sociedad incluye a su hija. Si bien la familia ha desarrollado una actividad empresarial vinculada al negocio petrolero, es con la llegada de Vaca Muerta donde los servicios de gruas y transporte, su rubro tradicional, tomaron un fuerte impulso, posicionándose como una de las beneficiarias de un negocio no convencional.
There are 1 comments
Comments are closed.