La localidad rionegrina acumula en la memoria colectiva una de las peores historias como herencia del progreso en la Patagonia. Pero en Cinco Saltos florecen sueños firmes que cosechan victorias. De la colonia agrícola a principios de siglo XX a la ciudad del futuro con la fábrica de fertilizantes INDUPA en los años ‘50, hoy transcurre un presente de lucha contra las nuevas actividades del boom petrolero.
Por OPSur*.- Colonia “La Picassa” fue el nombre del paraje antes de convertirse en Cinco Saltos. Mientras las tierras productivas avanzaron en la zona al ritmo del desarrollo de los canales de irrigación, el trazo de líneas férreas con destino a Contralmirante Cordero potenció la llegada de emprendedores y colonos que se asentaron a principios del siglo XX. Con la consolidación de su residencia por 1914, reemplazaron a empresarios y militares en la titularidad de las tierras, como el Coronel Fernández Oro quien poseía grandes extensiones de las tierras del flamante valle. Las concentraciones de trabajadores en función de estas grandes obras de infraestructura también colaboraron al aumento poblacional, ya que muchos se radicaron en la zona una vez terminadas las faenas.
Al genocidio indígena como primer eslabón de avance del Estado sobre las tierras de la Patagonia, le siguió la planificación estratégica productiva. Este avance de frontera es caracterizado por la Doctora en Antropología Diana Lenton como genocidio constituyente: la llegada y constitución de un Estado a partir de una matanza, expulsión y dominación de las sociedades pre-existentes.
Tras la ocupación se produce la primera incorporación de las tierras australes al sistema mundial capitalista y su sede administrativa será la Capital Federal. Allí se realizaban todos los trámites, desde las ventas de las tierras hasta los permisos de riego. De este modo avanzaban las fronteras productivas, incorporándose a la acumulación del capital y generando relaciones de dependencia de estas nuevas periferias con los países centrales. Antes que el fruto nazca en las chacras patagónicas ya se sabía su destino. Las exportaciones de las nacientes chacras, distribuidas en distintas Colonias, conformaron un polo productivo que fue la base de las futuras ciudades del Valle.
Cuando el siglo iba promediando su media vida, se instala en la ciudad de Cinco Saltos la empresa Industrias Patagónicas S.A. (INDUPA) destinada a la producción de fertilizantes químicos para el mundo del agro.
“Durante su paso por la ciudad, INDUPA dejó un cementerio químico de enormes dimensiones: 53 hectáreas contaminadas”
Durante su presencia, la empresa generó importantes fuentes de contaminación debido a los insumos y materias primas con las que se trabajaba: ácido sulfúrico, mercurio, carburo de calcio, reactivos de polimerización, carbón. Allí se producía cloro, hidróxido de sodio, ácido clorhídrico, cloruro de calcio, hipoclorito de sodio, cloruro de hidrógeno, acetileno, tricloroetileno, cloruro de vinilo monómero y policloruro de vinilo, más conocido como PVC. También se elaboró en la planta el fuerte plaguicida hexaclorociclohexano, conocido comercialmente como “666”, hasta que fue prohibido por ser gravemente dañino para la salud.
Como resultado de la desidia empresaria y estatal, en los más de 50 años que duró su paso por la ciudad, la compañía -que llegó a ser el sinónimo de progreso en la zona- dejó un cementerio químico de dimensiones enormes (53 hectáreas). Allí fueron depositados 176 toneladas de tierra contaminada con mercurio, 208 toneladas de grafito de celdas, 232 toneladas de carbón catalítico y 80 toneladas de grafito de pilas. Además, del lugar donde funcionó la planta de electrólisis se extrajo del suelo más de 10 toneladas de mercurio. En 2006, vecinos encontraron a un camión con 200 toneladas de carbono activado contaminado con mercurio, que se dirigía a la zona de bardas sin ningún tipo de seguridad y de manera ilegal.
Al día de hoy, en Cinco Saltos reside el basurero de mercurio más grande del país. Pero la historia del paso de la empresa Industria Patagónicas por la ciudad también dejó un aprendizaje, marcando el ADN de las nuevas generaciones: no se puede aceptar la idea de progreso y las promesas de grandes beneficios económicos si no está garantizada la salud de la población y el ambiente.
La culpa es de Fidel
En septiembre de 2011, José “Pincho” Chandía, militante del Partido Comunista de Cinco Saltos, accedió a la séptima banca del Concejo Deliberante. Chandía trabajó durante cuatro años en la planta de INDUPA hasta que lo despidieron en 1988 por ser uno de los organizadores de la Junta Interna y denunciar las condiciones laborales a la que eran expuestos los trabajadores. Actualmente, tiene 57 y lleva 26 años como enfermero. En su labor de concejal se dedicó a presentar proyectos que trascendieron en la historia del pueblo. Así, en 2012, impulsó una exitosa ordenanza que prohibió el fracking y lo convirtió el primer municipio de América Latina que se opuso a la práctica experimental en su ejido.
“Marcado por una historia de contaminación, en 2012 Cinco Saltos se convirtió en el primer municipio libre de fracking de América Latina”
Tranquilo y pausado, Pincho Chandía nos explica que se enteró de la fractura hidráulica en el debate de la presentación del libro Los comunistas y la huelga del Chocón, cuando un camarada suyo citó a Fidel Castro en Marcha hacia el abismo (2012). En dicho artículo, el líder revolucionario caracterizó el descubrimiento del gas de lutitas y las nuevas técnicas de extracción de hidrocarburos en Estados Unidos. Los ejes del escrito son advertencias sobre las posibilidades de una nueva guerra nuclear y la importancia de dar un giro ante las drásticas consecuencias del cambio climático. Impactado, Pincho se vio convocado y se puso a trabajar en la ordenanza que logró prohibir el fracking en su pueblo. “El legado de la naturaleza, generado en cientos de miles de millones de años, es desperdiciado en menos de dos siglos” lamenta el texto de Fidel Castro.
Como decíamos, el antecedente de las consecuencias ambientales que dejó la ex planta de INDUPA fue unas de las bases desde donde se cosecharon rechazos a actividades extractivas y dañinas para la salud de la población y el ambiente. Meses antes de la reglamentación anti-fracking, fue sancionada una ordenanza que prohibía la minería a cielo abierto en todo el ejido de Cinco Saltos.
Chandía relata el periplo del proyecto. “Una vez presentado, convocamos a la organización Tierra Madre, los invitamos a que se presenten en la comisión del concejo deliberante que trataría el tema. Ellos vinieron, se convocó a la comunidad a participar y proyectaron la película Gasland a todos los concejales, estuvo la Intendenta, hasta incluso alguien que habló muy a favor del fracking. Pasada esa instancia se sancionó, estábamos en diciembre del 2012”. Considera que la fecha jugó a favor porque en ese momento, con vacaciones y periodo de receso de verano, se logró confundir. La carta orgánica establece que son 10 días hábiles para que el ejecutivo pueda vetarlo y, según caracteriza Chandía, “durmieron”.
Sin embargo, trataron de revertir la ordenanza. Primero buscaron convencerlos con técnicos de YPF que vinieron hasta el Concejo Deliberante y disertaron ante todos los ediles las bondades del fracking; “intentaron hacernos creer que estábamos equivocadísimos con lo que sancionamos, pero esas charlas nos convencieron más aun lo que ya habíamos votado”. Al mismo tiempo, las presiones políticas sobre la intendenta Liliana Alvarado (FpV) no tardaron en llegar. El primero en comunicarse fue el senador Miguel Pichetto (PJ) quien le pidió que vetara la ordenanza. Días después, se presentó el veto, pero fue rechazado por ser una medida extemporánea ya que habían pasado más de 10 días.
Una vez firme la ordenanza y con la publicación en el boletín oficial, Cinco Saltos se transformó en el primer municipio libre de fracking del continente, siendo un ejemplo que comenzó a replicarse en muchos lugares: hoy en la Argentina existen unos cuarenta municipios con ordenanzas que prohíben la extracción con este método, tendencia que se repite en Brasil, Uruguay y México.
El texto aún está vigente a pesar de correr peligro. Un fallo del Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Rio Negro declaró la inconstitucionalidad de una ordenanza municipal de la ciudad de Allen de similares propósitos, sancionada en agosto de 2013.
Basureros petroleros a cielo abierto
En mayo del 2013, la empresa Greencor S.A., propiedad del funcionario del Ministerio de Defensa de la Nación, Luis Gustavo Caranta, presentó un pedido en la Secretaria de Medio Ambiente de la provincia de Río Negro para instalar un emprendimiento de tratamiento de residuos petroleros en la Ciudad de Cinco Saltos. En la localidad, inmediatamente enterados, comenzaron las movilizaciones para rechazarlo.
Las asambleas populares eran claras en su reclamo: no querían que se instale un basurero petrolero. Chandía acota que fue habilitado ilegalmente al no haberse realizado la audiencia pública, violando tanto la carta magna municipal como las leyes provinciales.
Le empresa aseguraba que la técnica (dada a conocer como landfarming) no era un basurero petrolero sino que se trataba de bioremediación de suelos contaminados por hidrocarburos. Este tipo de método es experimental en cuanto al tratamiento de tierras contaminadas con hidrocarburos.
La ubicación donde pretendía instalarse la empresa era en zona de meseta, cercana al Lago Pellegrini, donde existen varios emprendimientos productivos y recreativos. El concejal del Partido Comunista recuerda que “pagaron las cuotas para acceder a un terreno en la planicie, en donde las posibilidades de corrimiento en el terreno son grandes, los corredores caen en el canal principal de riego y el Lago Pellegrini. Hasta le usurparon parte del terreno a la empresa local Castillioni.”
“La movilización que se genera por los basureros fue memorable, más de seiscientas personas reunidas en asambleas”, cuenta Chandía
La Secretaria de Medio Ambiente provincial respaldó la aprobación de la habilitación sin audiencia pública, argumentando que era “muy engorroso” realizarla y requiere de mucho tiempo.
Cada paso que daba la empresa para instalarse hacía crecer la indignación popular. Chandía recuerda que “la movilización que se genera con la aprobación de la instalación de basureros petroleros en la ciudad fue memorable, más de seiscientas personas reunidas en asambleas.”
Grandes asambleas, festivales y una caravana de más de cien autos frenaron el intento de instalar una actividad contaminante en la ciudad. Al día de hoy, toda acción quedó suspendida hasta que no se haga la audiencia pública correspondiente y se presente un nuevo informe de impacto ambiental.
Pero en mayo de 2014 los vecinos padecieron un deja vu: dos camiones con tierras y lodos contaminados por hidrocarburos se dirigían a la zona de la meseta, y fueron detectados por ir perdiendo parte de las 20 toneladas de tierra contaminada por la ruta. Una situación similar a la ocurrida en 2006 con el camión que trasladaba desechos contaminantes de INDUPA. En noviembre de ese año, la Secretaria de Ambiente le exigió una remediación del predio en el que había depositado material contaminado. Unos 30.000 metros cúbicos de lodos empretrolados quedaron varados en el predio que iba a ocupar la empresa, hasta el día de hoy sin remediación alguna y a cielo abierto. Los vecinos continúan reclamando que se retire el material y se remedie.
La acción conjunta de los vecinos de Cinco Saltos es un ejemplo en tiempos de avance de frontera extractiva hidrocarburífera sobre el valle rionegrino. El recuerdo de la contaminación de INDUPA, activó la memoria colectiva que impidió la utilización del fracking en el municipio, primer paso necesario para activar decenas de otros procesos similares en municipios del país y el continente.
El blindaje estatal al avance extractivo en el Alto Valle, a través de incentivos a la explotación gasífera, ha podido ser contrarrestado gracias al esfuerzo conjunto de un pueblo en donde la memoria se encuentra activa, sensible y critica. Algo que pretende extenderse a otros pueblos de este sur del mundo.
*Octava nota de la serie Alto Valle Perforado, realizado en cooperación con la Fundación Heinrich Böll Cono Sur. Ver también:
–Alto Valle Perforado: postales de la desigualdad petrolera
–Basureros petroleros: cuando el remedio es peor que la enfermedad
-Tres razones para la desigualdad del barrio Valentina Norte
-Los primeros frutos del extractivismo
-La desplanificación orientada
Fuentes
Dehais, Francisco José (2001) El viejo Cinco Saltos y sus familias. Cinco Saltos. Rio Negro: Publicado en página web del municipio.
Machado Aráoz, Horacio (2014) Potosí, el origen. Genealogía de la minería contemporánea. Buenos Aires: Editorial Mar Dulce.
Alvaro, María Belén (2013) Estrategias de reproducción social en la producción familiar capitalizada: los chacareros del Alto Valle de Río Negro. Buenos Aires: La Colmena.
Bercovich, Alejandro y Rebossio, Alejandro (2015) Vaca Muerta. Buenos Aires: Planeta
Página/12. Darío Aranda (10/10/2011) “El Estado se construyó sobre un genocidio” Entrevista a la Antropóloga Diana Lenton.
Instituto Petroquímico Argentino (1999) La República Argentina y su Industria Petroquímica. Buenos Aires: Editorial La Barrosa.
Cuba Debate. Fidel Castro (05/01/2012) La marcha hacia el abismo
Informe del Departamento Provincial de Agua (10/07/2002) Muestreo de Suelos-Localidad Cinco Saltos.
Periodismo Sur (24/04/2014) Greencor: “Landfarming no es basurero petrolero”; Ambiente: “Engorrosa audiencia”.
Boletín oficial de la provincia de Córdoba (10/02/2015) Convocatoria Asamblea General Ordinaria.
Diario Rio Negro (22/11/2013) Aseguran que no hay basurero petrolero
Diario Rio Negro (11/05/2014) Detienen camión que perdía residuos petroleros en Cinco Saltos
Diario Once (13/08/2015) Firma acusada de no remediar en Cinco Saltos