En una reunión con sus gerentes, Galuccio explicó la alianza con Chevron, las necesidades tecnológicas y de capital de la empresa, y las pautas que impone cotizar en la Bolsa de Nueva York. El entusiasmo y los planes a futuro.
El titular de la petrolera hizo un profundo análisis del acuerdo con Chevron ante los principales gerentes de la empresa. En la exposición, lleno de preguntas y respuestas, desbordó entusiasmo.
“Estamos muy conformes. Desde que hicimos el plan de los 100 días dijimos que traer socios estratégicos era clave, porque el shale requiere de recursos intensivos de capital, recursos humanos y tecnología. Piensen lo siguiente: nuestros geólogos dicen que tenemos más de 31 mil kilómetros cuadrados de recursos en Vaca Muerta. De eso, YPF tiene 12 mil kilómetros de concesiones exploratorias. El acuerdo que firmamos ahora abarca sólo 395 kilómetros cuadrados, de los que posiblemente haya 280 o 290 que sean perforables. En la primera faceta del proyecto estamos invirtiendo 1240 millones de dólares solamente para drenar 20 o 25 kilómetros cuadrados de esa superficie. Y si todo marcha como pensamos, vamos a invertir 14 mil millones de dólares más para desarrollar el resto en Loma Lata Norte y Loma Campana.”
–Se ha cuestionado la confidencialidad que se mantiene sobre el acuerdo –señaló uno de los gerentes.
–YPF ahora es una empresa pública que cotiza en las bolsas de Buenos Aires y Nueva York. Hacia los mercados tenemos un montón de reglas a cumplir, como manejar la información de manera confidencial y el manejo de esa información con los accionistas. Entiendo la ansiedad que hubo, pero tenemos reglas y tenemos que ser fieles a eso para evitar problemas legales. Necesitamos inversiones, gente y tecnología. Hemos tomado los recaudos para que el dinero vaya al pozo y no a otro lugar.
–¿Hay puntos en común con Chevron?
–El desafío grande que tiene YPF, como líder de la industria, es poner activos como Vaca Muerta en producción. Porque eso cambiará la realidad energética del país. Son recursos inmensos en un país que está importando gas y, como dije, necesitamos el autoabastecimiento. En el caso del acuerdo con Chevron, donde buscamos un socio por 35 años, la decisión se basa fundamentalmente en una visión común sobre el desarrollo del activo y no mediante una licitación.
–¿Cuánto pesa el no convencional en la Argentina?
–El 85 por ciento de la matriz energética del país depende del petróleo y el gas. El país tiene recursos para convertirse en potencia con el desarrollo del petróleo no convencional. Hace un año hablábamos de esto y nos miraban con cara rara. Decíamos que para cambiar el paradigma energético teníamos que poner un foco especial en los recursos no convencionales y en ese momento nos referíamos al modelo a industrializar y de una experiencia piloto de 1200 millones de dólares. Y decíamos que se necesita el acompañamiento de un socio externo. Fíjense que estamos cumpliendo con aquello que dijimos el primer día. Y recién estamos largando. Tenemos por delante muchos más desafíos y mucho más trabajo por dar. Esto que estamos haciendo hoy requiere de un acompañamiento en infraestructura, porque necesitamos rutas, hospitales, centros de entrenamiento, que los pueblos que están alrededor de donde vamos a trabajar tengan todo lo necesario para albergar esta actividad. Es un desarrollo fabuloso.