“No hay estafa ni cesión de soberanía”

Ricardo De Dicco, especialista en temas de energía, desgrana las condiciones del acuerdo para la explotación de Vaca Muerta y rechaza los cuestionamientos. “Todo el control de la operación queda en manos de YPF”, asegura.
 
Raúl Dellatorre.- “Decir que este contrato es una cesión de soberanía o una estafa es desconocer el sentido de la operación y los compromisos asumidos”, aseguró Ricardo De Dicco, director del Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (Clicet), en referencia al acuerdo recientemente firmado por YPF con la norteamericana Chevron para la explotación del área General Mosconi en la formación Vaca Muerta y la concesión por esa misma área otorgada por la provincia de Neuquén. De Dicco, que cuenta con vasta experiencia profesional en distintos organismos del Estado y en la actividad privada, en temas en los que se especializa –infraestructura y planificación energética y en tecnología nuclear–, analizó la información disponible con respecto al acuerdo entre las empresas y la concesión del área, enfatizando que el punto clave es que “la titular de la concesión es YPF, la responsable de la administración de las inversiones y de la operación del área es YPF, hasta la comercialización de lo que se extraiga seguirá en manos de YPF; Chevron se asocia para compartir a riesgo, en partes iguales, las inversiones y también compartirá las ganancias obtenidas por la comercialización, pero no comparte el control de la gestión ni del recurso”.

La concesión del área General Mosconi ya fue resuelta por decreto del gobierno de Neuquén, aunque falta la aprobación de la Legislatura provincial, que la votaría la semana próxima. El titular de la concesión de esta área de 395 km2 es YPF. Dentro de ella, hay en ejecución un programa piloto en una subárea de 20 km2, en la cual YPF viene trabajando y que requeriría, para su desarrollo, de una inversión de 1500 millones de dólares en un período de 12 a 18 meses. Aquí es donde intervendrá Chevron, por el acuerdo firmado con YPF, con un aporte de 1240 millones de dólares.

–¿En qué medida el acuerdo representa cesión o reparto de soberanía entre YPF y Chevron? –consultó Página/12 a De Dicco.

–No hay cesión ni reparto de soberanía. YPF será el titular del área concesionada por Neuquén. Estará a cargo de la dirección del proyecto, de la administración de las inversiones, de la operación técnica de los pozos y de la comercialización de los hidrocarburos, tanto en los mercados internos como en los destinados a la exportación.

–¿Pero Chevron no podrá disponer de su parte para exportarla a partir del quinto año?

–El beneficiario del decreto 929 de promoción de las inversiones es YPF, no Chevron, porque es el titular de la concesión y el único operador. Es el único responsable del cumplimiento de las inversiones frente a la provincia de Neuquén, es el que debe pagar las regalías (porcentaje del valor de la producción que recibe la provincia). YPF podrá exportar el 20 por ciento de la producción después del quinto año si se cumplen todos los requisitos previos, y disponer de las divisas en el exterior. Ahí sí Chevron podrá recibir su parte, como participación en las ganancias, y decidir si las reinvierte en el país o las deja afuera. E YPF tomará su propia decisión sobre su parte. Pero si el desarrollo del área a esa altura es exitoso, yo no dudaría de que esa plata se reinvierte en Vaca Muerta.

–¿La asociación con Chevron deja atada a YPF la tecnología y equipamiento que traiga la empresa norteamericana?

–Tampoco. Ambas empresas compartirán experiencias y conocimiento en el desarrollo de formaciones geológicas de explotación no convencional. Además, YPF puede adquirir equipamiento con transferencia tecnológica en el mercado internacional sin necesidad de establecer en esta cuestión una relación de dependencia con Chevron. La reducción de aranceles para la importación de determinados bienes de capital, por el decreto 927, es un beneficio para YPF.

–Así planteado, no se ve cuál sería el atractivo para Chevron de hacer semejante inversión…

–Chevron es la segunda petrolera del mundo. No viene a la Argentina para sacar ventaja con la supuesta disponibilidad del 20 por ciento de la producción, como critican algunos sin conocer el tema. Para Chevron, eso no es nada. Su interés es conocer si Vaca Muerta tiene el potencial que le asigna el Departamento de Energía de Estados Unidos, que lo coloca como el cuarto yacimiento del mundo en petróleo no convencional. Arriesga 1240 millones de dólares para saber, dentro de 18 meses, si hay indicios de una explotación importante. Y en cinco años si hay resultados de extracción a través de la perforación de 900 pozos. El desarrollo total del área General Mosconi demanda 26.500 millones de dólares a lo largo de 35 años. A eso apunta Chevron, a estar presente en ese desarrollo si el área le interesa.

Página/12