Hernán Scandizzo es periodista e investigador del Observatorio Petrolero Sur, que estudia el impacto socio ambiental de la industria hidrocarburífera. Con el autor del libro “Patagonia petrolera, desierto permanente”, indagamos sobre las condiciones del acuerdo entre YPF y la petrolera multinacional Chevrón. También analizamos el impacto de la explotación petrolera sobre las comunidades originarias, y las razones del porqué ‘el modelo’ es cuestionable.
_ ¿Cuál es tu mirada sobre el acuerdo entre YPF y la trasnacional Chevrón?
_ Una vez que el gobierno se hizo cargo de YPF y anunció que se iba a lograr el autoabastecimiento a partir de la puesta en producción de yacimientos no convencionales, y de la ampliación de las fronteras extractivas hacia cuencas marginales sin antecedentes en explotación, comenzó a buscar a empresas socias. En un primer momento se pensó que había llegado el momento de acordar con Petrobras, pero posteriormente desde el gobierno se empezó a golpear la puerta de capitales chinos, se buscó a Total SA, a Chevron, a Exxon, y en todos los casos las exigencias eran las mismas: se pedía que el precio de los hidrocarburos internos estén acoplados a los externos (actualmente son distintos por las retenciones), la libre liquidación de las utilidades en el exterior a sus casas matrices, y el incremento de los precios. El gobierno decía que no, hasta que empezó a hablar con Chevron. La letra chica del acuerdo se manifiesta en la firma del decreto 929/13, que instrumenta el ‘Régimen de Promoción de Inversión para la Explotación de Hidrocarburos’, y da amplios beneficios a las operadoras y garantiza la tasa de ganancia que reclamaban las empresas. El avance que había implicado la sanción de la Ley Nº 26.741, que estableció el Régimen de Soberanía Hidrocarburífera, y tenía por fin el autoabastecimiento en la materia, se ve claramente limitado.
_ ¿Qué condiciones cumplió Chevrón para concordar el acuerdo?
_ Chevrón se comprometió a invertir 1240 millones de dólares en un primer momento, y si todo resulta, realizará una inversión de 15 mil millones. Recordemos que a diferencia de otras empresas, Chevrón tiene un embargo por 19 mil millones de dólares debido a una condena que recibió en la Justicia de Ecuador, y que se negó y sigue negando a reconocer.
_ ¿Qué ocurrió en Ecuador? Hemos leído que muchas comunidades indígenas han desaparecido
_ En el año 2009 pudimos viajar a Ecuador y fuimos a un ‘toxitour’ por las zonas impactadas por actividades hidrocarburíferas. Los derrames de petróleo, las aguas de purga (aguas saladas que vienen a alta temperatura acompañada por hidrocarburos y metales pesados), eran vertidas a los ríos en que los pobladores pescaban y tomaban agua. Esta política de devastación está arraigada en visiones que consideran al diferente como inferior, que a cualquier comunidad se la puede llevar a vivir a otro lado dándoles una tierra ‘más o menos’ parecida, e ignoran el sentido de pertenencia y la historia en relación con la tierra. En las comunidades Wichi, por ejemplo, cada lugar remitía a algo relacionado con una familia, o con un pueblo y su historia. Con la avanzada sojera actual, el monte desapareció y se convirtió en llanura, la vegetación que ya no está, el río que no corre, borra la historia. Ese desprecio por el otro hace avanzar la lógica de la conquista del territorio: se llega, se arrasa con todo, se obtiene una ganancia rápida, y después se verá que se hace, sino vendrá otro que se ocupe
_ Una de las grandes críticas en la futura explotación del yacimiento de ‘Vaca Muerta’ tiene que ver con la aplicación de la técnica de fractura hidráulica, más conocida como ‘fracking’, ¿En qué consiste?
_ Debido a que esta técnica de extracción es mucho más cara, las empresas reclamaban mantener un margen de ganancia. No solo va a ser Chevron la beneficiaria, sino que todas las empresas que tengan una capacidad de inversión similar van a serlo. En el 2012, la perforación de un pozo convencional rondaba los 8 millones de dólares y para la no convencional los 24 millones. El fracking, si bien es la combinación de técnicas que ya se aplican, como la perforación horizontal o la fractura, el desarrollo particular para los pozos no convencionales exige una tecnología nueva. Por eso empresas que se dedican a la prestación de servicios en los yacimientos petroleros como Halliburton o Schlumberger (de donde viene Miguel Galuccio, presidente de de YPF), presionan para que se utilice esta técnica, y así prestar el servicio para desarrollar estas técnicas de extracción. La cuestión acá, es que si se toma este camino, se compra tecnología que no se sabe si servirá a futuro para el país.
_ Tecnología con la que YPF no cuenta…
Claro. La utilización de estas técnicas lleva unos veinte años, y Estados Unidos es el país que más desarrolló esta tecnología, por eso su Departamento de Estado es uno de los grandes promotores de los no convencionales a nivel global. Por un lado porque venden la tecnología, por otro porque reconfiguran el mapa geopolítico de la energía, ya que si se explotan nuevos yacimientos y hay nueva disponibilidad de combustibles a nivel global en países que no eran productores de hidrocarburos, tienen menos dependencia de países como Rusia, que es gran productor de gas y tiene mucha gravitación en Europa, o de países del Medio Oriente. Estados Unidos quiere que haya más hidrocarburos en el mercado energético para bajar el precio de los combustibles, y que la rueda del desarrollo y de la producción capitalista no se detenga.
_ Ligado a la explotación de recursos naturales aparece la idea de desarrollo y de progreso, ¿Pero para quién es ese progreso? ¿A quién beneficia? Parece que los pobladores cercanos a áreas de extracción, no.
_ Indudablemente quienes viven en la boca del pozo no se benefician. La resistencia mapuche ante la explotación de ‘Vaca Muerta’ no es el primer conflicto que se origina por la concesión de territorio mapuche para exploraciones. En los ‘90 hubo diferentes conflictos: en ‘Loma de la Lata’ la comunidad mapuche fue la primera en denunciar que el agua utilizada por Repsol, tenia un nivel de condensados de gasolina al que si le acercaba una llama, ardía. Situaciones similares las vimos replicadas en la zona centro de Neuquén, Zapala, Cutral Có y el corredor de la ruta 22. La entrega de territorios sin consulta previa a las comunidades impactó a los pobladores, ya que sus campos fueron achicados, el agua contaminada, y se perjudicó la agricultura y ganadería. Esto no solo ocurre en Neuquén, en donde hay personas que sufren el frío y se calientan con ramitas de leña mientras frente suyo se extrae gas y petróleo. En Salta, una de las principales cuencas de extracción de gas, la red de gas no está extendida, y las personas compran garrafas a un precio más caro de lo que le saldría si tuvieran la extensión de la red. En Formosa las comunidades Wichi durante los primeros meses del 2013, realizaron cortes de ruta porque con la llegada de las empresas grandes se construyen escuelas y hospitales, pero no hay maestros y no hay médicos. Claramente, las comunidades no son las que se benefician de este ‘progreso’.
_ Al quedar de lado las poblaciones en la decisión sobre la explotación de los recursos naturales en donde viven, hay una continuación de la idea del ‘Desierto’ creado por Julio Argentino Roca. El territorio donde viven comunidades solo se piensa en términos económicos, no se las tiene en cuenta.
_ La generación de Julio Argentino Roca avanzó sobre los territorios de pueblos originarios con quienes tenían, incluso, pactos de convivencia. Hoy, al momento de licitarse áreas para extracciones de hidrocarburos, automáticamente desaparece la población, las culturas, las concepciones del territorio. Con esta concepción de desarrollo empresarial, se recrea ese desierto. Si las comunidades, originarias o no, permanecieron en esos territorios, era porque tenían su economía de subsistencia, lo que los arraiga a esos lugares. Entonces antes de aprobar una licitación de este tipo, hay que sentarse con los representantes de las comunidades, y preguntarles como se puede llevar adelante tal o cual proyecto, y más si es una actividad de tanto impacto como la petrolera, que genera el desplazamiento de las comunidades. Este marco jurídico es pasado por alto por parte del Estado. Cuando se inician actividades extractivistas se impone el derecho de los capitales.
_ ¿Cuál es el impacto socio económico sobre las poblaciones de las provincias a las que arriban este tipo de empresas?
_ Los ingresos hidrocarburíferos condicionan fuertemente la vida económica del lugar. En Neuquén por ejemplo, la actividad petrolera ocupa alrededor del 20% de la población activa, mientras que el Estado emplea un 60% de los trabajadores de la provincia, o sea el 60% es empleado público. Por ende, hay una dependencia de los ingresos por regalías para sostener esta estructura elefántica del Estado, lo que muchas veces convierte a las provincias en ‘lobbystas’ de los intereses petroleros. Por otro lado, hay una diferencia abismal entre los ingresos de los trabajadores petroleros y de cualquier otro laburante de la actividad privada o publica, lo que genera una distorsión económica que influye por ejemplo, en que si alguien tiene una casa para alquilar, lo hace pensando en que se la alquila a un petrolero, y pone un precio en base a eso. Pero si uno es docente o laburante ceramista, y quiere ir a alquilar, no llega, esa es la gran distorsión, ya que toda la actividad comercial se vuelca hacia el poder adquisitivo de los petroleros, que además es gente que gasta mucho. Los niveles de consumo son muy elevados, hay una gran cantidad de dinero circulante, lo que provoca el aumento del consumo de drogas, en especial de cocaína por el ritmo de trabajo que llevan los petroleros, así como también el aumento de las redes de trata para satisfacer la demanda de prostitución. En Neuquén, la zona de chacras cercanas al río Limay que fueron quebrando durante los ’90, ahora se está reconvirtiendo en barrios privados. Eso es guita del petróleo, la construcción de un country absorbe el dinero del petróleo que está dando vueltas.
_ ¿Cual seria la alternativa sustentable o menos destructiva para poder abastecer al país a nivel energético?
_ Si nosotros vamos a generar energía para mantener este modelo, estamos complicados, vamos a estar siempre atados a los hidrocarburos por el rendimiento energético.
_ ¿A qué haces referencia cuando decís “este modelo”?
Megaminería, soja, y lo que se le asemeje. Generamos energía para derrochar energía, se produce azúcar en Jujuy o Tucumán, va hasta Mar del Plata para que sea fraccionada en sobrecitos, y luego se consume en un bar de Neuquén… a eso me refiero. También se puede apostar a otros tipos de agricultura que no sean las commodities, a otras formas de transporte, y a planificar alternativas de acuerdo a cada comunidad. Se pueden implementar en comunidades pequeñas de 15 mil habitantes por ejemplo, que en vez de un tendido eléctrico centralizado, puedan tener pequeños parques eólicos, paneles solares, pequeñas centrales hidroeléctricas. No se ve una política de Estado en investigación y desarrollo para dar respuestas en ese sentido. Es difícil hablar de alternativas cuando el modelo de desarrollo está basado en actividades consumidoras de grandes volúmenes de energía.