Elizabeth Peredo ironizó que Bolivia parezca a nivel de la comunidad internacional un país líder en luchar contra el cambio climático y condenar la forma cómo se contamina el planeta, cuando el modelo económico se basa en la industria fósil y un modelo extractivista tradicional.
El Estado boliviano no apostó al fracking (ruptura hidráulica para explotar gas y petróleo no convencional) como tecnología apta para aumentar las reservas energéticas, pero tampoco se inclinó hacia las energías limpias y renovables menos contaminantes que las que genera el modelo extractivista tradicional, afirmó la experta y activista internacional, Elizabeth Peredo.
“No tenemos fracking pero si una política que igual nos coloca en una situación de vulnerabilidad porque seguimos dependiendo de tecnologías nocivas, de invasiones territoriales, y por otro lado, lo cual se ha debatido bastante en nuestras plataformas, es el tema de la enorme debilidad institucional en cuanto a la consulta libre previa e informada que no se está ejerciendo. Las consultas se han realizado sin estudios ambientales previos, esa es la problemática”, aseveró.
Durante su exposición en el seminario internacional “Daños y riesgos del fracking: herramientas para prevenirlos y detenerlos” organizado por la Alianza Latinoamericana Frente al Fracking (AIDA), Peredo dijo a pesar que el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana dio una señal positiva el año pasado, cuando públicamente dijo que el Gobierno rechaza al fracking como una alternativa para la extracción de hidrocarburos no convencionales, tampoco se mostró voluntad de apostar por energías limpias.
“Estamos apostando no por el fracking, pero sí por los métodos tradicionales para encontrar mayores reservas de energía. Con el Decreto Supremo 2366 que habilita al Gobierno hacer exploración y explotación de hidrocarburos en áreas protegidas, el tema es aún más crítico, porque así como nos oponemos al fracking por razones de salud ambiental, también deberíamos plantear cómo podemos reducir las emisiones de gas de efecto invernadero”, cuestionó.
Peredo ironizó que Bolivia parezca a nivel de la comunidad internacional un país líder en luchar contra el cambio climático y condenar la forma cómo se contamina el planeta, cuando el modelo económico se basa en la industria fósil, “y no se ve en los planes ninguna propuesta seria de transición a matrices energéticas renovables más limpias, teniendo una enorme capacidad como la que tenemos de energía solar y energía eólica”.