La cuarta empresa mundial de servicios petroleros inició el proceso para ajustarse al Capítulo 11 de la ley de quiebras norteamericana y de esta manera reestructurar su deuda. La compañía líder en el mundo del fracking y con fuerte presencia en Vaca Muerta acumuló deudas mayores a sus capacidades de pago tras cuatro años consecutivos de balances negativos. No es la primera que tiene que acudir a este mecanismo para intentar salvarse, en el mismo sector Halcon Resources Corp. y Alta Mesa Resources Inc, Parker Drilling, Gastar Exploration y varias firmas de menor tamaño también están planteando sus dudas en torno a la posibilidad de continuar en el negocio.
Pese al aumento en los precios de crudo de los últimos meses -a valores similares a los de 2014, cuando ocurrió el boom de la explotación no convencional- que fue acompañado con un aumento en la producción de hidrocarburos, las empresas frackers no pueden superar sus crisis. En este sentido, Weatherford debe reestructurar 5.8 mil millones de dólares y, según la Agencia Bloomberg, el horizonte de 2019 pueden ser aún más duro. Tras el desplome del valor de las acciones, la Bolsa de New York la notificó de la exclusión de la lista de empresas en cotización.
El Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA por sus siglas en inglés) viene alertando duramente sobre la crisis financiera del fracking en Estados Unidos, en su último informe “Actualización del mercado energético: Más banderas rojas en el fracking” detalla los flujos de efectivo negativos y enfoca sobre todo en los resultados decepcionantes del 2018. El estrés permanente del sector lleva a que los inversores pierdan las expectativas, las promesas incumplidas del sector, a pesar de las mejores condiciones tras el aumento del precio del barril no han modificado esta tendencia. “Las compañías consiguieron financiamiento de alrededor de $ 22 mil millones de aportes de capital y deuda en 2018, menos de la mitad del total en 2016 y casi un tercio de lo que recaudaron en 2012”, asegura el informe.
La distancia que ha tomado Wall Street con el sector llevó a que a las firmas a desprenderse de activos para poder sortear las crecientes deudas. IEEFA asegura que “hasta que las empresas de fracking puedan demostrar que pueden producir efectivo, así como hidrocarburos, sería prudente que los inversores consideren al sector de fracking como un empresa especulativa con fundamentos débiles e inciertos”. Sus argumentos también se basan en que ya “167 empresas de petróleo y gas se declararon en quiebra entre enero de 2015 a diciembre de 2018, afectando a más de $ 95 mil millones de deuda total”.
Las consecuencias que puede traer esta situación de las empresas de servicios en Argentina aún no están claras, pero los/as analistas que siguen la burbuja del fracking en Estados Unidos, comenzaron a hacer foco sobre Vaca Muerta. Las noticias de inviabilidad pueden transformar los sueños de los frackers criollos en pesadillas populares, al fin y al cabo los costos de las malas decisiones políticas siempre tocan la puerta de los/as más humildes.
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