EJES N°11– El fracking en debate

En este número informamos sobre la clausura de una empresa de limpieza de caños petroleros por la denuncia de contaminación realizada por la Confederación Mapuche de Neuquén y el Lof Newen Kurá. Además, realizamos un análisis del precio interno del gas y del petróleo en función del incentivo del Estado Nacional a la extracción de gas no convencional en Vaca Muerta. En términos de gobernabilidad, vemos cómo se rompe con la lógica de recursos por provincia al hacer hincapié en la Cuenca y notamos cómo las normas se conciben hoy a partir de acuerdos multisectoriales e interjurisdiccionales. A través del contrato YPF-Chevron ponemos atención en las cobertura de seguros porque sabemos que nos dicen más de los potenciales riesgos de la actividad que los discursos de Responsabilidad Social Empresaria. Por último, mientras las empresas hidrocarburíferas minimizan los riesgos de la actividad, insistimos: el agua de retorno de la actividad hidrocarburífera o flowback, es un residuo peligroso.

Boletín EJES Nº 11  – Julio 2017 —


Foto: Martín Barzilai.

“Una superpotencia gasífera de escala global”. “Con infraestructura y correctas garantías a inversores, exportamos a largo plazo”. “No hay riesgos, es un combustible puente, una causa nacional” decían. A la larga, el gas no era tanto, los precios subieron radicalmente, los cortes de luz se extendieron y las compañías nacionales entraron en crisis. Entonces el discurso señaló responsables. “La culpa es de quienes no dejan explotar”, dicen ahora y a quienes reclaman les niegan sus derechos. Sin embargo, hay otras afirmaciones que se mantienen: “no hay riesgos, es un combustible puente, ¡una causa nacional!”

Si bien podrían ser afirmaciones respecto a Vaca Muerta, provienen del otro lado del globo. Cuatro años atrás, Australia estaba “destinada a convertirse en el mayor exportador global de GNL”. Incluso fue mencionado como “modelo” del frente Cambiemos en el Plan Productivo Nacional. Pero está inaugurando controles a la exportación por la falta de autoabastecimiento. Las razones son varias. Si bien con inversiones de más de US$ 200 mil millones triplicaron la extracción de gas, los volúmenes no alcanzaron lo esperado por los altos costos y proyecciones infladas. Al mismo tiempo, diversos estados pusieron freno al sector por razones socioambientales, mientras Shell, Chevron, ExxonMobil y compañías nacionales presionan para entrar en esos territorios. Lo cual es acompañado por el gobierno central, que lo justifica para que los precios internos frenen su meteórica subida. Por su parte, el Estado de Victoria prohibió el fracking y el gas en mantos de carbón.

Los fósiles no convencionales a nivel global están atravesando desafíos complejos, especialmente el alicaído petróleo. A la ola de frenos, se sumaron nuevas medidas de prohibición al fracking en Francia e Irlanda en las últimas semanas. Es que a la par de mayor organización social frente a su expansión, los números no son favorables, al tiempo que las renovables están siendo competitivas en términos económicos. Si bien Vaca Muerta logra cierta viabilidad, lo hace mediante millonarias inyecciones de los bolsillos de quienes consumen y recrudeciendo el control sobre los territorios. De igual manera, si no discutimos quién consume y para qué, las importaciones seguirán: en 2016, casi un 10% del GNL exportado en barco por EE.UU. tuvo como destino la Argentina. El mercado no colabora con el desarrollo de Vaca Muerta, pero no podemos confiar en ello ni ahora ni mañana.

Invitamos a leer el boletín como insumo para el debate y organización, sus comentarios y difusión serán siempre bienvenidos.

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