De documentar impactos socioambientales en zonas sacrificadas para la actividad hidrocarburífera a discutir la política energética con trabajadores del sector; de elaborar material didáctico sobre fracking para las infancias a pensar otras formas de vivir y producir en el territorio. De un punto a otro se fue delimitando el campo de intervención con producciones surgidas del OPSur y de las redes que integramos. En esta nota hacemos un recorrido por los 15 años de nuestra organización a partir de esas producciones con las que nos sumamos al debate energético en Argentina y la región.
Por OPSur .- En Argentina la movilización en defensa de los territorios amenazados por la megaminería, el agronegocio y otras actividades encuadradas en el mismo modelo creció alentada por asambleas socioambientales, pueblos originarios, movimientos sociales y organizaciones políticas. El OPSur, surgido en 2008, es fruto de esas movilizaciones. Cuando nos conformamos como equipo de trabajo, la mayoría de los gobiernos provinciales habían lanzado rondas de licitación de áreas para la exploración y eventual explotación de hidrocarburos. Se venía una ampliación acelerada de la frontera de extracción fósil, y desde algunos sindicatos y organizaciones sociales y políticas se demandaba la reestatización de YPF y la distribución social de esa renta. Se necesitaba visibilizar e incorporar a la discusión energética los impactos ambientales y los conflictos territoriales que existían por la centenaria actividad petrolera en el país.
Documentamos esos impactos en localidades y parajes de la Patagonia Norte y del Noroeste del país, también la organización de las poblaciones afectadas en defensa de esos territorios, y en 2012 publicamos el libro Zonas de sacrificio. Por esos días también buscamos comenzar a discutir en profundidad la política hidrocarburífera. El momento lo exigía.
“Que el árbol no tape el bosque”, decíamos cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la estatización parcial de YPF. Era necesario avanzar en ese sentido, pero la medida fue insuficiente en términos del control público de la principal petrolera (y por ende de todo el sector). Sostuvimos [y sostenemos] que la compañía tenía que jugar un nuevo rol, acorde a los escenarios actuales, y ser la palanca que impulse la transición del sector. Una empresa de energía para el siglo XXI y no la encargada de perpetuar y profundizar el modelo fósil del siglo pasado.
Vaca Muerta era todo promesas y se construía una épica de esperanza económica en torno a YPF y a la explotación de yacimientos no convencionales. La revista Fractura Expuesta nos permitió difundir los potenciales riesgos socioambientales de ese proyecto energético, profundizar en el impulso que el gobierno de Estados Unidos daba al shale gas y al fracking y en la oposición a esa técnica en Francia e Inglaterra. En tanto Argentina Libre de Fracking fue la respuesta de un conjunto de organizaciones a esos discursos épicos y una herramienta para conceptualizar la ampliación como parte de las energías extremas.
El pacto de YPF con Chevron, en 2013, marcó el inicio de la explotación masiva de yacimientos no convencionales en Vaca Muerta. La sociedad de la petrolera de bandera con la compañía estadounidense generó rechazo, incluso de algunas fuerzas aliadas al gobierno nacional. Pero esa tensión no resquebrajó el consenso del fracking.
A través de diferentes soportes documentamos la transformación social y territorial que significó [y significa] la explotación de yacimientos no convencionales en el norte de la Patagonia. Territorio Crudo, Alto Valle Perforado y La tentación de Esquisto son fotos de ese proceso. También nos ocupamos de los impactos en otra etapa de la actividad, la de la transformación, con Polos nos enfocamos en las principales refinerías y polos petroquímicos del país.
El factor económico es central en los debates vinculados con la explotación petrolera en Vaca Muerta, las promesas del ingreso de dólares para el crecimiento productivo nacional son un mantra conocido. EJES surgió como una articulación impulsada por el OPSur para discutir los aspectos financieros con una perspectiva de Justicia Energética y Socioambiental y, en particular, para desenmascarar la falsa teoría del derrame. El informe Vaca Muerta y el desarrollo argentino es un trabajo señero que después continuamos en El ocaso de la ilusión liberal y en los análisis sobre el problema de los subsidios y de la fuga de divisas del sector petrolero. Expusimos, a través de diferentes producciones, cómo las compañías que explotan el megaproyecto evitan el pago de impuestos o imponen condiciones que favorecen su rentabilidad en detrimento de nuestra soberanía económica. En la animación Vaca Muerta: el cuento del oro negro y la lluvia verde, presentamos los principales problemas de ese escenario utilizando los personajes de un cuento clásico.
La crisis económica y social se fueron agudizando, a pesar de todas las promesas. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en 2018 y su rápido incumplimiento por parte del gobierno de Macri definieron un contexto que continúa hasta nuestros días: la energía, fundamentalmente de Vaca Muerta pero también de la explotación mar adentro en nuestra costa atlántica, aparece en la agenda pública como la solución a buena parte de los problemas estructurales del país. Como en 2012. Esto a pesar de que la explotación hidrocarburífera en nuestro país suma nuevos impactos. Como es el caso de las tratadoras de residuos petroleros, que planteamos en el informe colectivo La basura del fracking en Vaca Muerta, y el de la extracción de arenas para el fracking, de la periodista Valeria Foglia. Pero además, el ritmo y las condiciones laborales en el sector se refleja en una accidentalidad laboral récord y en la configuración de una sociedad petrolera.
En las sucesivas ediciones de Fractura Expuesta acompañamos los debates sobre la promoción de los no convencionales y las energías extremas en Latinoamérica y el mundo. También criticamos las falsas soluciones que propone el capitalismo verde y el extractivismo energético, y alentamos la construcción de alternativas para una transición energética justa, popular y ecológica.
La Mesa de Transición Productiva y Energética de Río Negro se propuso pensar alternativas de manera colectiva, de ahí surgió un documento con líneas de acción. También exploramos experiencias de generación y gestión de energía en la serie documental E- Transición y Soberanía. En ¿Por qué la crisis energética? caracterizamos los tres principales problemas de nuestro sistema energético: es inequitativo, contaminante y poco democrático.
“Habrá que arremangarse y cargar la Vaca Muerta cuesta arriba”, advertimos en el final del gobierno de Mauricio Macri. El debate con Tecpetrol sobre los subsidios y la crisis de los últimos dos años de sula gestión de Macri, primero, y la pandemia, después, definieron este periodo de caída en la explotación del megaproyecto, que se revirtió a partir de la implementación del Plan Gas a fines de 2020.
En los últimos años, el Poder Ejecutivo nacional comenzó a promover una retórica “sustentable” y “verde”. Así, presentó un desarticulado Plan Desarrollo Productivo Verde y los Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030, documentos que legitiman la explotación desde la retórica del gas como combustible puente para la transición. Estas políticas nacionales tienen como correlato subnacional un avance de proyectos renovables como el hidrógeno verde y parques eólicos. Sobre ese diagnóstico cruzamos miradas e invitamos a discutir estos temas en el ciclo Diálogos para la transición, y ante alternativas sospechosamente virtuosas elaboramos el informe ¿humo verde?.
Les dimos todo tipo de vueltas a los conceptos de Transición Justa (#informe, #podcast), Pobreza Energética y Derecho a la Energía (#podcast, #informe). Con estas iniciativas planteamos un factor de incidencia central para la transición energética: el derecho de les usuaries y trabajadores de la energía a formar parte de cualquier debate hacia la transición.
Para nutrir el acercamiento de diferentes sectores a temáticas energéticas y socioambientales, pensamos en la generación de insumos pedagógicos y empezamos por les niñes. El Conde Drácula y el colmo del fracking es una propuesta para las infancias, adaptación libre del cuento El fracking, una historia esdrújula contada por el Conde Drácula, de Martín Crespi y Diana Chereau, realizado en conjunto con el OPSur. Y pensando en las juventudes surgió Transition2.0, para preguntarnos qué tan limpias pueden ser las energías renovables. Las propuestas pedagógicas se amplificaron, y las proyectamos más allá del ámbito escolar. Con esa intención, impulsamos diversos talleres y encuentros formativos con investigadores, militantes e interesados en la cuestión energética, a quienes ofrecimos una caja de herramientas con materiales en diversos formatos para visibilizar fuentes de consulta de temas energéticos con la perspectiva de impulso a una transición feminista, justa y popular.
Con la transición energética en el centro del debate, igual se impulsaron en el atlántico argentino diferentes proyectos de exploración y explotación mar adentro, conocido como offshore. El 4 de enero de 2022 se movilizaron localidades costeras en distintos puntos del país para oponerse al avance de la frontera hidrocarburífera en aguas ultraprofundas. Posteriormente distintas presentaciones judiciales pudieron frenar por dos temporadas (verano 2022 y 2023) la exploración sísmica, y desde entonces el tema se instaló en la agenda nacional. A 15 años del surgimiento del OPSur, el mar es otro de los territorios a defender, es la nueva frontera de extractivismo, no sólo energético (#Cuadernillos | #Podcast). Las comunidades costeras en Argentina se sumaron a discutir cómo obtener la energía que necesitamos. Se ampliaron los territorios de vida a defender y seguimos acompañando.
Hoy un sinnúmero de organizaciones ven en la energía un tema importante de su intervención, por eso articulamos en talleres con universidades, colectivas feministas, movimientos piqueteros y escuelas: buscamos demostrar que otro tipo de energía es posible.
La salida a la crisis no puede ser apalancada por megaproyectos contaminantes y prontos a terminar: ¿por qué asumimos como mercancía aquello que debería ser un derecho humano? Desde OPSur sostenemos hace 15 años el objetivo de nutrir de insumos, información, antecedentes y participación colectiva los debates públicos sobre la matriz energética argentina.